Guardianes de la seguridad alimentaria y de la calidad
Con una trayectoria de más de treinta años, AS.HI.SA Lab se ha convertido en un referente para el sector turístico y agroalimentario de Menorca por los servicios especializados que prestan
El equipo de AS.HI.SA Lab que está al frente del proyecto cuenta con dos biólogas, un biotecnólogo, una ingeniera química, una dietista y dos técnicos de laboratorio. | Gemma Andreu
No salen en las guías turísticas ni en los folletos de promoción institucional, pero su labor es tan esencial como invisible. AS.HI.SA Lab se ha consolidado como el vigilante invisible de la seguridad alimentaria y la calidad del agua en Menorca. Con más de 500 clientes en cartera, el laboratorio analiza desde alimentos y aguas hasta superficies o piscinas, prestando un servicio esencial para el sector turístico, agroalimentario y comercial de la isla. Detrás de cada muestra, un equipo multidisciplinar de profesionales especialistas que trabaja con la responsabilidad de garantizar que lo que comemos, bebemos o tocamos cumpla con todos los estándares sanitarios. En temporada alta, su ritmo se multiplica y su labor se convierte en una auténtica trinchera contra los riesgos invisibles.
EMPRESA REFERENTE. Fundado a mediados de los años noventa en Mahón, la empresa empezó analizando restaurantes, hoteles y supermercados. En 2005 incorporó la industria cárnica de la isla y, más recientemente fueron las queserías. En este sentido, AS.HI.SA se ha convertido en el laboratorio de referencia para la Denominación de Origen del Queso Mahón-Menorca, un reconocimiento que exige máxima precisión en todos los parámetros. «Por aquí pasan la mayoría de sobrasadas, pastissets y otros productos locales de Menorca», explica Adisel Pita, ingeniera química que se incorporó en la empresa en 2004.
Durante la temporada, la actividad se intensifica con la incorporación del sector horeca, desde restaurantes a hoteles. Se trata de un trabajo estacional, pero que exige continuidad durante todo el año. Mientras que las auditorías en hoteles se realizan mensualmente, en las industrias cárnicas, cada tres meses aunque las recogidas de muestras, en ambos casos, son mensuales. Todo ello responde a una planificación anual que permite cubrir el servicio con garantías. «Un hotel puede servir mil comidas al día en tres turnos. El riesgo es alto y el margen de error, mínimo», comenta.
LABORATORIO. AS.HI.SA Lab se divide en dos grandes áreas, la de microbiología y la de química. En microbiología, bajo la dirección de Mònica Campins, que lleva 23 años de trayectoria en la empresa, se analizan bacterias en alimentos, aguas y superficies. «Se utilizan equipos de filtración, homogeneizadores de muestras, micropipetas, incubadores y estufas», detalla Campins. «En la parte química, se trabaja especialmente con aguas. Se miden parámetros físicos como olor, sabor, turbidez o conductividad y se analizan componentes como nitratos, cloruros o niveles de cloro mediante fotómetros multiparamétricos de última generación», añade.
En ambas áreas, la precisión es fundamental. Los análisis deben ser fiables porque detrás de ellos hay decisiones importantes que afectan a la reputación de una empresa. AS.HI.SA Lab cuenta con un equipo humano multidisciplinar de siete profesionales para dar cobertura a las distintas necesidades. «Contamos con dos biólogas, un biotecnólogo, una dietista, una ingeniera química y dos técnicos de laboratorio. En verano reforzamos la plantilla con un técnico más», explica Adisel Pita.
La actividad en el laboratorio es constante durante todo el año, tanto en la parte de microbiología como de química.
AUDITORIA. Una jornada de auditoría en un hotel puede comenzar en la cocina y acabar en la piscina. El recorrido es completo. Se revisan desde temperaturas, trazabilidad de alimentos, cámaras frigoríficas, puntos de servicio o buffets. Se toman muestras representativas de alimentos que luego se analizan en el laboratorio para detectar la presencia de listeria y otras bacterias. Se inspeccionan también las superficies y utensilios. Y después, se pasa a las áreas de mantenimiento.
«Desde control del agua caliente sanitaria, depósitos, agua de red, osmosis, y finalmente, el análisis del agua de piscina —in situ y en laboratorio— con especial atención al cloro libre y combinado», detalla Pita. Todo queda recogido en un informe que elaboran posteriormente y que se entrega al cliente con recomendaciones. La misma minuciosidad se aplica en restaurantes, supermercados, carnicerías, pastelerías o queserías. «Cada establecimiento es un mundo pero todos tienen algo en común. La necesidad de garantizar la seguridad del producto y cumplir con la normativa sanitaria», comenta.
SELLO DE GARANTÍA. AS.HI.SA Lab se ha convertido, con los años, en un auténtico sello de garantía para muchos establecimientos. No solo por el trabajo de análisis, sino por la confianza que han sabido construir con sus clientes. «La relación va más allá del laboratorio. Nos llaman ante cualquier duda, antes de una inspección, cuando tienen una alerta o incluso para interpretar una analítica que les ha llegado de otro proveedor», explica Pita. «Debemos ser conscientes que una mala práctica, podría cerrar un negocio y afectar a su reputación», comenta. La empresa también ofrece formación continua a sus clientes, adaptada a cada sector, desde obradores de pan hasta industrias cárnicas. «Hay mucho interés por hacer las cosas bien», asegura. «Y la formación es clave para prevenir».
DIGITALIZACIÓN. Uno de los aliados de AS.HI.SA Lab es, sin duda, la tecnología. En este sentido, la empresa ha digitalizado buena parte de su sistema de gestión interna y trabaja con un CRM que sistematiza la relación con los clientes. Además, han implementado una plataforma documental en la nube para facilitar el acceso a resultados y recomendaciones en tiempo real. «Todo lo que hacemos tiene un impacto directo y la tecnología nos ayuda a ser más rápidos y eficaces», comenta Monica Campins.
AS.HI.SA Lab mira al futuro con una idea clara de consolidar el vínculo con el cliente y crecer sin perder la esencia. La seguridad alimentaria es un campo cada vez más exigente. «Contar con un laboratorio de confianza no es un lujo, es una necesidad. El valor de nuestro trabajo no se ve, pero se nota», añade Campins. «Trabajamos entre bambalinas pero nuestra huella está presente en todas partes. Y eso nos hace sentir orgullosos», concluye.