Hemos hablado mucho por aquí del famoso «Día de la Liberación de EEUU». Aquel día, Donald Trump, de forma poco habitual para un político, mostró los aranceles que iba a imponer al resto del mundo (realmente lo que le iba a cobrar a los americanos por comprar algo de esos países). El comercio mundial, tal como lo conocemos, se hacía añicos. Y por supuesto, todos los precios objetivos que damos a las empresas que cotizan no valían de casi nada. Había que incorporar impuestos extras, subidas de precios, reubicación de fábricas, búsqueda de nuevos clientes, incremento de coste de mano de obra o menos ventas.
Pero nadie sabía qué porcentaje de cada una de estas variables podría afectar. Entrábamos en terreno desconocido. Por supuesto, ante algo así las bolsas reaccionaron con caídas fortísimas, especialmente en sectores más ligados a la importación hacia Estados Unidos (tecnología, material deportivo…) o que se podían ver afectados por una crisis económica (turismo, banca…). Hoy, tras poco más de dos meses, muchas bolsas están muy cerca de máximos históricos.
Se advirtió en esta sección que eso podría pasar (ojo, que también podía haber tardado mucho más). El argumento era simple: el mercado se había pasado con las ventas. Hablábamos de miedo y, comparábamos los niveles de pánico de esos días con otros anteriores, viendo cómo las bolsas se disparaban. Y también valorábamos el futuro de esos aranceles: eran un punto de partida para negociar.
Y en este punto estamos:
La última noticia es que EEUU y China reactivan la «Tregua Comercial» que pactaron en Ginebra. EEUU necesita «Tierras Raras» de China y China necesita chips americanos. Se puede fijar el lector que la tecnología y la Inteligencia Artificial protagonizan esta negociación.
Tanto los minerales extraídos de tierras raras como los microchips son utilizados para la Inteligencia Artificial. Ya lo adelantó Jensen Huang (CEO de NVIDIA) cuando presentaron resultados: era un error no exportar chips a China. Sin duda, todas las retrocesiones en cuanto a los aranceles anunciados el 2 de abril han animado al mercado. Eso junto a una gran temporada de resultados empresariales (sorpresas positivas por encima de la media). Eso sí, las bolsas están en máximos, pero no todos los sectores: hay algunos a los que les está costando recuperar (o sin ser muy castigados todavía no estaban en máximos en 2025).
¿Qué factores negativos pueden hacer que las bolsas retrocedan desde máximos? El primero sería un recorte técnico desde la gran resistencia que supone en este aspecto un máximo histórico, especialmente posible si se pasa de miedo a la euforia. Además, hay factores que no sabemos si son «ruidos» o cosas importantes. Problemas sociales en California, aprobación o no de las políticas fiscales de Trump y su pelea con Musk pueden desestabilizar.
Por supuesto, el riesgo de inflación que sigue sobre la mesa y que hace que la Reserva Federal no baje tipos de interés. Mientras en Europa si están ya bajos, pero con una economía débil. Y, por supuesto, las noticias sobre aranceles seguirán cobrando mucha importancia, para bien o para mal.