Viendo las rentabilidades de estos primeros seis meses de 2025 pueden llamar la atención dos puntos:
El primero es que la mayoría han cerrado en positivo, incluso las bolsas. Desde luego el año ha sido convulso y con muchísimo ruido. La irrupción de DeepSeek, la inteligencia artificial china, que parecía que desmontaba a las grandes tecnológicas americanas (y algunas europea), los aranceles de ida y vuelta de Trump (esto parecía desmontar el comercio internacional), las guerras de Rusia y de Israel, la aprobación por parte del parlamento iraní del cierre del Estrecho de Ormuz, las guerras y fuertes amenazas de Trump contra el presidente de la FED y en contra de Musk, uno de sus ex mejores aliados.
El segundo punto va ligado al anterior: las bolsas americanas lo han hecho «menos bien» que las europeas. Viendo la lista de ruidos que se han dado durante este semestre, casi todos tienen como protagonista a los Estados Unidos y más concretamente a Donald Trump y eso ha lastrado a Wall Street. Pero solo relativamente, puesto que más bien lastró el primer trimestre. El segundo, con un impulso fuerte en junio, ha sido mucho mejor para las bolsas americanas, y eso que casi se estrenó con el famoso «Liberation Day». Desde abril, mientras Nasdaq y S&P han subido un 17,60% y un 10,6% respectivamente, el Ibex o el EuroStoxx lo han hecho en un 7,10% y un 1,05%.
Con estos movimientos, la diferencia entre el Ibex (al que habría que sumarle dividendos más altos que los americanos) y el S&P es de algo más de un 15%. Por supuesto, buena parte de esa rentabilidad es gracias a la banca que sigue disparada a pesar de las bajadas de tipos del BCE. Pero ojo, porque por encima de todas las bolsas está la coreana que ha ganado casi un 30% en estos seis primeros meses.
Y también puede resultar curioso que a mitad del año pasado su bolsa se desplomó por problemas de su gobierno que llevaron incluso a su presidente a la cárcel (la detención ya fue en enero de este año).
Y no puede pasar por alto la evolución de tres activos que han sido muy importantes este semestre:
El primero es el oro, que ha servido de refugio ante la incertidumbre (la volatilidad) siendo uno de los mejores activos del semestre. Eso sí, la «nueva tranquilidad» ha hecho que se aleje de máximos. El segundo es el petróleo: el temor que la guerra de Israel provocara el cierre del Estrecho de Ormuz casi se convirtió en realidad. Al final acabó como el peor activo del semestre.
El tercero es tal vez el más importante para los inversores europeos: el desplome del dólar fruto de la incertidumbre política americana. Esto provoca que las carteras de los inversores que tienen bolsa o bonos americanos no vean las ganancias reales. Eso sí, los datos macroeonómicos de uno y otro lado del Atlántico hacen pensar que será algo puntual. Desde luego, el segundo semestre se presenta apasionante: se acerca el fin de la tregua arancelaria, pronto tendremos más resultados empresariales, las Guerras de Israel y Rusia siguen en marcha, veremos (o no) más bajadas de tipos de interés en EEUU y Europa y seguro que alguna sorpresa más nos hará trabajar extra.