Los científicos del CERN lograron ayer hacer colisionar haces de protones a 7 TeV (teraelectronvoltios), una energía sin precedentes en un acelerador de partículas, recreando una situación similar a un mini Big Bang, el instante de la creación del Universo, para buscar respuestas a las grandes incógnitas de la física moderna.
Con este experimento en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de 27 kilómetros de circunferencia situado a 100 metros de profundidad bajo la frontera suizo-francesa, se marca el inicio del programa de investigaciones de esta potente máquina.
Enigmas
Los choques de protones, alcanzados a una energía tres veces y medio mayor que la lograda en otros aceleradores, permitirán a la comunidad científica mundial obtener una ingente cantidad de informaciones y respuestas a los enigmas del Universo y la materia.
El reto ahora es que se repitan esas colisiones cada vez con más haces de partículas y que los detectores vayan recogiendo y almacenando datos, que se irán analizando unos dos años, hasta que el acelerador sea puesto en una pausa obligada de cerca de un año.