El ex presidente del Gobierno José María Aznar, con los disidentes cubanos, ayer, en Madrid. | Angel Díaz

El ex presidente del Gobierno José María Aznar afirmó ayer que la acogida en España de ex presos cubanos resulta «una expatriación en un limbo jurídico» y ha demandado «claridad moral suficiente» y «coraje político» para evitar que la libertad y la dignidad en la isla «se sometan a subasta».

Para Aznar, «ésta es la posición de decencia que marcó y debe seguir marcando la acción de la Unión Europea hacia Cuba, porque es la mejor forma de ayudar a que el futuro de libertad llegue a Cuba cuanto antes».

El ex jefe de Gobierno se manifestó de este modo durante un acto que ha congregado en la sede de la Fundación de Análisis y Estudios Sociales (FAES) a unos 35 disidentes cubanos, entre ellos, muchos de los presos excarcelados en Cuba hace unos días y acogido en España.

El antiguo presidente del PP se ha referido a esas excarcelaciones, fruto de las negociaciones de la Iglesia católica con el régimen de Raúl Castro, en las que intervino también el ministro Miguel Angel Moratinos, para remarcar que «no son una dádiva de la dictadura», sino la «victoria de la libertad frente a la opresión» y de la «integridad frente al oportunismo».

Oportunismo que, en su opinión, está muy presente en dirigentes políticos «dentro y fuera» de la isla.

Destierro

No obstante, para Aznar, la situación ahora en España de esos ex presos es un «destierro», «un limbo jurídico», y por ello, ha asegurado que la libertad no llegará a Cuba si a ésta se pone precio o se convierte «la vida humana en un bien exportable».

A juicio del ex jefe del Ejecutivo, la excarcelación de algunos de los presos políticos o de conciencia ha supuesto «una subasta», «una compra» a un precio «barato».

«La libertad no puede comprarse, ni la nuestra ni la vuestra. Y menos a un precio tan barato como una nueva condena a la expatriación en un limbo jurídico y vital», ha destacado.