Sólo una pequeña porción de los seis millones de paquistaníes que necesitan desesperadamente alimentos y agua potable han recibido algún tipo de ayuda, mientras Naciones Unidas lucha por combatir la fatiga de los donantes, un hecho causado por la lentitud en la que se desarrollan las inundaciones en comparación con otros accidentes naturales.

Con cientos de aldeas aisladas y las carreteras y puentes cortados por la crecida de los ríos, las raciones alimentarias y el acceso al agua potable sólo ha podido ser distribuido a unos 500.000 supervivientes de las inundaciones, según indicó la ONU. «Tenemos un país que sufre diarrea acuosa endémica, cólera endémico, infecciones de las vías respiratorias superioras endémicas, y tenemos las condiciones para que se produzcan nuevos problemas», aseguró el director regional para el sur de Asia del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Daniel Toole.

17 millones de afectados

La ONU alertó de que más de 3,5 millones de niños podrían estar en peligro de contraer enfermedades mortales transmitidas mediante el agua contaminada y los insectos en una crisis que ha afectado la vida de al menos una décima parte de la población de este país, de 170 millones de habitantes.

Más de 1.600 personas han muerto y dos millones se han quedado sin hogar en las peores inundaciones que ha sufrido Pakistán en décadas. Mientras, sólo un cuarto de los 459 millones de dólares necesarios para cubrir las necesidades iniciales ha llegado.

«No podemos dar promesas. No podemos comprar tabletas para purificar el agua, no podemos apoyar a Pakistán con promesas. Pido a la comunidad internacional que cambie urgentemente sus promesas por cheques», añadió Toole.

«Sólo se ha satisfecho una proporción limitada de las necesidades alimentarias y de agua. Una de las principales razones para esto es la financiación», afirmó un portavoz de la ONU, Maurizio Giulianio, quien añadió que el lento desarrollo de las inundaciones en comparación con otros desastres naturales como los terremotos o los tsunamis han dañado la respuesta de los donantes. «Las inundaciones no se producen en 30 segundos (...) pero las necesidades humanitarias son mayores que en Haití», añadió.

Mientras, el Banco Mundial anunció ayer que prestará 900 millones de dólares para ayudar a los esfuerzos de asistencia, aunque no detalló cómo se utilizará este dinero para ayudar a las víctimas.