Hillary Clinton, secretaria de Estado de EEUU. | MICHAEL REYNOLDS

La Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, se disculpó ayer con Guatemala por los experimentos que infectaron intencionalmente a personas de ese país con sífilis y gonorrea entre 1946 y 1948, y anunció una investigación al respecto.

En un comunicado conjunto con la Secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, Clinton calificó de «antiético» el estudio estadounidense de inoculación de enfermedades de transmisión sexual que se desarrolló en Guatemala durante el Gobierno de Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951).

«Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación», señala el comunicado.

Harry S. Truman

En los experimentos, liderados por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos en la administración de Harry S. Truman (1945-1953), se estudiaba el desarrollo de las enfermedades en periodos prolongados de tiempo, sin ofrecer tratamiento alguno a los infectados.

Las prácticas han salido a la luz gracias a un estudio de la investigadora de la Universidad de Wellesley Susan Reverby, que afirma que infectaron a 696 personas, muchas de ellas pacientes internados en instituciones para enfermos mentales. De acuerdo con el estudio de Reverby, los experimentos trataban de determinar si la penicilina podía prevenir, y no sólo curar, una infección de sífilis.

Estas personas fueron infectadas mediante visitas de prostitutas que tenían la enfermedad y a muchos de ellas se les alentó a que contagiaran a otras, según la investigadora, que no pudo determinar si los pacientes fueron curados o tratados más adelante.

Ética

Clinton y Sebelius se mostraron «indignadas de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública» y aseguraron que «no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala».

En la actualidad, añade, Estados Unidos «es inquebrantable en su compromiso de garantizar que todos los estudios médicos en seres humanos cumplan con las rigurosas normas legales y éticas» del país e internacionales.

La encargada de conformar esa comisión de expertos será la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética.