Amnistía Internacional (AI) recordadó ayer que aún existen 17.000 personas en corredores de la muerte en el mundo y aseveró que es «un asesinato premeditado y a sangre fría a manos del Estado».

En un manifiesto con motivo de la conmemoración ayer del Día Mundial contra la Pena de Muerte, AI opinó que es «discriminatoria», «arbitraria» e irreversible» y ha considerado que nunca se podrá eliminar el riesgo de ejecutar a una persona inocente.

En un acto celebrado en el madrileño Parque del Retiro, activistas de AI escenificaron cómo la «arbitrariedad» en la aplicación de la pena capital puede llevar a una persona a la muerte dependiendo del lugar en el que se encuentre.
Para ello, algunos activistas, entremezclados con el público, se caían de repente entre la gente que disfrutaba de un paseo por el parque. Posteriormente, personal de AI los recogía y amontonaba «a modo de fosa común» delante del escenario erigido por la organización.