Argentina está conmocionada por la repentina muerte de su ex mandatario, el presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner. El secretario general de Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) fallecía ayer a los sesenta años tras sufrir un paro cardiorrespiratorio con muerte súbita en la Patagonia, donde se encontraba con su esposa, la actual presidenta argentina, Cristina Fernández. La capilla ardiente será instalada mañana por la mañana en el Casa Rosada, y no en el Congreso como es costumbre en los fallecimientos de los antiguos mandatarios. Aunque su viuda se plantea realizar una ceremonia previa en la localidad de Río Gallegos. Allí será, posteriormente, enterrado.
Cuando Kirchner sufrió el infarto se encontraba en su casa de El Calafate con su mujer,, quien pidió auxilio inmediatamente. El ex mandatario llegaba en «estado gravísimo» al hospital de José Formenti, acompañado de su mujer. Sin embargo esta vez no pudo salvarse y moría poco antes de las 8.30, hora local, tal y como declararon fuentes de su entorno a la Agencia Diarios y Noticias.
Incertidumbre
La muerte de Kirchner deja un gran vacío político en la región a un año de las próximas elecciones presidenciales y siembra de incertidumbre las filas del Partido Justicialista (peronista), que lideraba el ex mandatario argentino y también secretario general de la Unasur.
La mayoría de los consultores políticos evitó hacer comentarios públicos, aunque a condición de anonimato varios coincidieron en afirmar que la jefa del Estado ha heredado soterradas pujas internas en el peronismo, entre otros grandes desafíos en lo que resta de su mandato.
Tras su muerte, el liderazgo del peronismo pasa formalmente a manos de su vicepresidente, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, que en las últimas semanas había mantenido veladas disputas con el ex presidente.
Para quienes sostienen que Kirchner era el «verdadero poder» en el país, su muerte obliga a su esposa y mandataria a «ocupar el centro de la escena» política, como afirmó el analista Rosendo Fraga en una columna publicada ayer en la web del diario La Nación.
Las últimas encuestas indican que Kirchner y Fernández reunían cada uno el 30% de intención de voto, dato que abonaba múltiples conjeturas sobre quién sería el candidato del oficialismo para las presidenciales de octubre del próximo año..