Fotografía de archivo del 8 de mayo de 2010 del presidente de la República Francesa, Nicolás Sarkozy (izq.) y el primer ministro François Fillon. | Efe

La anunciada remodelación del Gobierno francés dio ayer su primer paso con la dimisión del primer ministro, François Fillon, que la presentó al presidente de la República, Nicolas Sarkozy, quien se la aceptó sin nombrar aún sustituto.

Se define así el largo proceso de cambio del Ejecutivo, que el propio Sarkozy adelantó el pasado julio y que ha dado pie a numerosas especulaciones sobre los cambios que el Palacio del Elíseo (sede de la Presidencia francesa) podría llegar a aplicar.

El presidente, sin embargo, no tenía intención de anunciar ayer el nombre del que será el nuevo primer ministro, que podría volver a ser Fillon, de confirmarse las listas que los últimos días han manejado los medios de comunicación franceses.

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Al poco de conocerse la dimisión de Fillon, algunos de éstos, como el diario Le Monde, aseguraban que la «reconducción» del primer ministro al frente del Gobierno se dará a conocer hoy, mientras el Elíseo guardaba silencio.

La independencia con que se veía al primer ministro en relación con el inquilino del Elíseo jugaba en su contra, a juicio de los que han visto en el tan advertido plan de Sarkozy un intento por parte de éste de deshacerse de un rival que salía casi indemne de la quema por la fuerte oposición en la calle contra el proyecto de reforma de la jubilación.

Considerado por Sarkozy como plan fundamental de su mandato, en julio ya dijo ante millones de franceses en televisión que «a finales de octubre», con la ley de reforma de pensiones aprobada, se pondría manos a la obra en la remodelación del Gobierno.

Este anuncio dio pie durante meses a variadas especulaciones sobre los nombres de los que podrían llegar a ser no sólo jefe de Gobierno, sino titulares de las carteras de quienes han ido excluyéndose del futuro ejecutivo.

Bajas seguras

Entre éstos, principalmente el ministro de Exteriores, el socialista Bernard Kouchner, a quien se da por seguro como baja en el Gobierno a pesar de que en octubre mostrara su «lealtad» al presidente pocas horas después de que un semanario revelara su intención de dejar el puesto.

Kouchner, según la publicación Le Nouvel Observateur, al parecer había dirigido una carta a Sarkozy el pasado agosto en la que el ministro criticaba la «humillación» a la que supuestamente había estado sometido por parte del Elíseo.

Entre las figuras con cuya salida se cuenta está la ministra de Justicia, Michele Alliot Marie, anterior responsable de Interior, mientras que unos comentarios de ayer mismo del ex primer ministro Alain Juppé daban a entender que formará parte del nuevo ejecutivo.

Nada se sabe de momento del destino de otros hombres claves del Gobierno saliente, como el titular de Empleo, Eric Woerth; el de Interior, Brice Hortefeux, y la de Economía, Christine Lagarde.