La canciller alemana Angela Merkel, junto al primer ministro italiano Silvio Berlusconi, ayer en Berlín, donde mantuvieron una reunión. | FABRIZIO BENSCH

Alemania lideró en 2010 la recuperación de los países industrializados al incrementar su Producto Interior Bruto (PIB) en un 3,6 por ciento en términos interanuales, por el espectacular incremento de las exportaciones y el suave despertar de la demanda interna.

La Oficina Federal de Estadística (DESTATIS) avanzó ayer su primer pronóstico oficial sobre los datos macroeconómicos del pasado ejercicio, que supone el mayor repunte del PIB en dos décadas y que dobla el crecimiento medio de la Unión Europea (UE) en 2010.

«Este ha sido el mayor incremento del PIB desde la reunificación (del país en 1991). Los datos muestran que la gente puede con razón mirar al futuro con optimismo», aseguró en un comunicado el ministro de Economía, Rainer Brüderle.

Por su parte, el presidente de DESTATIS, Roderich Egeler, destacó que la economía alemana «se ha recuperado notablemente bien y rápido de los efectos de la crisis económica», al alcanzar en los 2,498 billones de euros.

Salto considerable

Las cifras publicadas están dentro de la horquilla de estimaciones de entre el 3,5 y el 3,7 por ciento previstas tanto por el Gobierno federal como por los principales centros de estudios económicos alemanes, y suponen un salto considerable frente al retroceso del 4,7 por ciento del PIB en 2009.

El sector exterior volvió a ser en 2010 «uno de los más importantes motores del crecimiento» de la primera economía europea, según DESTATIS, como había sido habitual en Alemania hasta la irrupción de la crisis global.

En concreto, el año pasado las exportaciones germanas aumentaron un 14,2 por ciento en términos interanuales, y las importaciones se incrementaron en un 13 por ciento, con lo que el sector exterior aportó 1,1 puntos porcentuales al PIB.