Soldados rebeldes y ciudadanos libios salen de Ajdabiya tras iniciar su asalto las tropas leales a Gadafi. | Efe

El secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rassmusen, considera que situación actual en Libia no tiene salida militar, pese a considerar necesario el operativo que adelantan actualmente los aliados. «La respuesta sincera es que para este conflicto no hay una solución militar», dijo Rassmusen en una entrevista que publica la revista alemana Der Spiegel en su edición de la próxima semana, al ser interrogado acerca de si la guerra se podía ganar sin tropas de tierra.

«Necesitamos una solución política y es el pueblo libio el que tiene que encontrarla. Nosotros sólo podemos apelar al régimen para que cese sus ataques violentos, reconozca los derechos legítimos de la gente y permita una transición pacífica hacia la democracia», agregó Rassmusen.

Preguntado sobre el camino a seguir si el régimen no hacía caso de esos llamados, Rassmusen dijo que, aún en ese caso, el operativo militar tiene que limitarse a hacer cumplir la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU y velar por el cumplimiento del embargo de armas.

Avance de Gadafi

Sobre el terreno, las tropas del líder libio, Muamar el Gadafi, bombardearon ayer intensamente la estratégica ciudad oriental de Ajdabiya, en algunas de cuyas zonas entraron poco después y libraron combates cuerpo a cuerpo con los soldados rebeldes. Cerca del mediodía comenzaron a oírse en el hospital de Ajdabiya fuertes explosiones y detonaciones de fuego de mortero, cohetes Katiusha y misiles Grad procedentes de la zona oeste de la ciudad.

Poco después empezaron a llegar al centro sanitario algunos vehículos con heridos y milicianos rebeldes, que relataban que las tropas gadafistas estaban cerca de la puerta oeste de la ciudad, que la conecta con la carretera hacia Brega, donde se situaba el frente de batalla desde hace varios días.

En un momento dado y mientras arreciaban las detonaciones y el intercambio de ráfagas de ametralladora, los soldados insurgentes conminaron a todos los presentes en el hospital, salvo a algunos médicos, a abandonar al instante el lugar y salir rápidamente de la ciudad en dirección a Bengasi.