El segundo secretario del PCC, en la inauguración del VI congreso del partido. | Efe

El presidente de Cuba, Raúl Castro, inauguró ayer el VI Congreso del Partido Comunista con un discurso muy crítico con la organización, en el que planteó la limitación de mandatos de los principales cargos políticos y estatales del país a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años.

Casi dos horas y media empleó para presentar el informe central del cónclave comunista, en una intervención en la que advirtió a los 997 delegados que lo que se apruebe en este congreso «no puede sufrir la misma suerte que los acuerdos de los anteriores, casi todos olvidados sin haberse cumplido». «Se me cae la cara de vergüenza de tener que confesarlo públicamente en este congreso», llegó a decir el segundo secretario del PCC, quien reclamó una «severa autocrítica» al partido porque «lo único» que puede hacer fracasar a la revolución y al socialismo es «la incapacidad para superar los errores» que se han cometido durante más de cincuenta años.

«Consignas vacías»

Exhortó a los dirigentes a «desterrar el inmovilismo fundamentado en dogmas y consignas vacías», dejar de lado el «formalismo y la fanfarria en las ideas y las acciones» y «despojar para siempre al partido de todas las funciones no propias de su carácter», diferenciando su papel de el del Gobierno.

Criticó especialmente la política de cuadros, advirtió que los dirigentes no surgen del «amiguismo favorecedor» y tachó de «errónea» la exigencia «tácita» de tener que militar en el PCC o su filial juvenil para desempeñar un cargo.
Pero la mayor sorpresa llegó cuando planteó la limitación de los mandatos de cargos políticos y estatales «fundamentales» a un máximo de dos periodos consecutivos de cinco años. «Ello es posible y necesario en las actuales circunstancias, bien distintas a las de las primeras décadas de la Revolución, aún no consolidada y por demás sometida a constantes amenazas y agresiones», explicó.

También mencionó la necesidad de preparar el relevo generacional ante un congreso comunista llamado a ser el último de los dirigentes históricos de la revolución. Así, exhortó a garantizar «el rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas, desde la base hasta los compañeros que ocupan las principales responsabilidades».