El nerviosismo se apoderó ayer de las Bolsas europeas y de EEUU, que vivieron nuevas turbulencias financieras. | BRENDAN MCDERMID

La asfixia de los inversores a los mercados bursátiles de Italia y España, y a su deuda emitida, llegó ayer a nuevos récords con fuertes caídas de los principales selectivos y un incremento de las primas de riesgo hasta niveles no vistos desde la creación del euro en 1999.

A la espera de que la Unión Europea tome medidas para frenar el acoso de los inversores, que se deriva de las dudas sobre el segundo paquete de ayuda a Grecia y a las incertidumbres sobre Italia, la Bolsa de Milán se desplomó el 3,96 %, su mayor descenso desde junio de 2010, mientras que el principal selectivo español, el IBEX 35, sufrió su segunda mayor caída del año, del 2,69%.

Aunque todas las plazas europeas se tiñeron de rojo, capitaneadas por Portugal, con un retroceso del 4,28 %, la peor parte se la llevó la deuda soberana.

Castigo

La prima de riesgo de los títulos españoles a 10 años, que es el sobrecoste que los inversores exigen para comprar esos bonos en vez de los alemanes, batió ayer récords hasta alcanzar los 335 puntos básicos al cierre de la sesión, el máximo desde la creación del euro en 1999 y llegó puntualmente a 340 puntos básicos.

La prima de riesgo italiana también tocó máximos al superar los 300 puntos básicos, debido a los problemas políticos y económicos del país, que han avivado en las últimas jornadas la ola de desconfianza sobre los países periféricos europeos, ante un posible contagio de la situación helena.

La subida de la prima de riesgo española se explica porque la rentabilidad que ofrecen los títulos españoles a 10 años se disparó hasta el 6,030%, su nivel más alto desde 1997, frente al 2,672% que ofrecen de rendimiento los bonos alemanes con vencimiento en 2021.

Entre los factores de desconfianza hacia España destaca la situación de su sistema financiero, además del temor que causan las cuentas públicas de las Comunidades Autónomas.