El presunto autor de los atentados de Oslo, Anders Behring Breivik, sale de los juzgados de esta ciudad Noruega, el 25 de julio. | JON ARE BERG JACOBSEN - INVESTIG

El juicio contra el ultraderechista Anders Behring Breivik, autor confeso de los atentados del pasado 22 de julio en los que murieron 77 personas en Noruega, comenzará el próximo 16 de abril, informó hoy la corte de Oslo.

Se espera que el juicio dure alrededor de diez semanas, informó hoy en rueda de prensa el juez Geir Engebretsen, tras una reunión mantenida entre las distintas partes involucradas en el caso.

Las autoridades noruegas cuentan con que la investigación esté cerrada a finales de febrero.

La Fiscalía ya había mostrado su deseo de que el juicio se celebrase lo más rápido posible, y aunque no había una fecha fija, se había anunciado que comenzaría en abril.

El tribunal de Oslo realizará una ampliación de una de sus plantas para acoger la que será la sala de justicia más grande de Noruega, en previsión del gran número de personas que seguirán el juicio, contando a supervivientes y familiares de las víctimas de la tragedia y medios de comunicación.

El anuncio de la fecha del juicio se produjo horas después de la primera comparecencia pública de Breivik en una vista, que no se pudo filmar ni fotografiar y en la que el juez prolongó doce semanas más el régimen de prisión preventiva al que está sometido.

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Reconoce la autoría pero no se declara culpable

Durante su comparecencia, Breivik reconoció el lunes haber perpetrado la masacre, pero rehusó declararse culpable. Anders Behring Breivik, que emitió declaraciones en un tribunal situado cerca del lugar donde hizo detonar una bomba antes de matar a tiros a 69 personas en un campamento juvenil del Partido Laborista, también rechazó a la autoridad judicial que examina su caso.

«Soy un comandante militar en el movimiento de resistencia de Noruega y de los Caballeros Templarios de Noruega. En cuanto a la competencia (de la corte), la rechazo porque ustedes recibieron su mandato de organizaciones que apoyan la ideología del odio (y) respaldan al multiculturalismo», afirmó Breivik.

«Reconozco los actos pero no me declaro culpable», agregó.

La masacre remeció a Noruega, una nación conocida por contar con una sociedad abierta, con paz y relativa prosperidad, e inició un debate público sobre la inmigración, los estándares de seguridad y un sistema legal que nunca antes tuvo que lidiar con un episodio criminal de esta magnitud.

Mientras fuera de la corte un grupo de manifestantes sostenía un cartel que decía «No debería haber una plataforma para que los fascistas hablen», Breivik intentó dirigirse a los supervivientes y a los familiares de las víctimas, pero el tribunal le negó el pedido.

«El me apuntó en la isla de Utoeya. Esa fue la última vez que lo vi», dijo Bjoern Ihle, un residente de Oslo de 20 años, luego de la audiencia. «Es bueno verlo sin poder alguno. Fue una experiencia distinta a cuando lo vi en Utoeya», declaró.