Las fuerzas rebeldes aseguran que sus avances les han llevado a controlar la mitad del territorio del país. | HANDOUT

El primer ministro catarí, Hamad bin Jassim al Thani, pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que apoye el plan de transición para Siria presentado por la Liga Árabe y que actúe para detener «la máquina de matar» del régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.

«La realidad sobre el terreno demuestra que el baño de sangre no se ha detenido, que la máquina de matar está todavía en marcha y que la violencia se extiende», dijo el dirigente catarí al Consejo de Seguridad, que negocia una resolución que pide a Al Asad que abandone el poder y se forme un gobierno de unidad nacional en Siria, a la que se opone Rusia.

El diplomático árabe lamentó que todos los esfuerzos de la Liga Árabe por detener la violencia hayan sido «inútiles» hasta ahora porque «las autoridades sirias no han hecho ningún esfuerzo por cooperar» con la organización, sino que «su única solución ha sido la de matar a su propio pueblo».

El régimen de Bashar al Asad sólo controla la mitad del territorio sirio. Lo aseguró ayer el líder rebelde Riad al Asaad. «El 50% del país no está bajo control del régimen», explicó el jefe del Ejército Sirio Libre (ESL). «Eso no quiere decir que nosotros controlemos la totalidad de esas zonas«, matizó el revolucionario desde su exilio en Turquía.

«La moral de las tropas fieles a Damasco está en sus mínimos. Han comenzado a ponerse nerviosas al perder terreno y por eso atacan indiscriminadamente a los civiles, no importa que se trate de hombres, mujeres o niños«, aseguró el coronel rebelde.