Al menos 110 personas, entre ellas cinco menores y ocho mujeres, murieron ayer por la represión del régimen de Bachar al Asad en distintos puntos de Siria, pese a la visita de un equipo de observadores de la ONU, según los opositores Comités de Coordinación Local.


El grupo destacó que al menos 57 personas perdieron la vida en la provincia de Hama, la mayoría en la localidad de Latmaneh, en «una matanza» cometida por las fuerzas gubernamentales.

El portavoz de los Comités, Emad Hosari, miembro del Consejo Nacional Sirio, la principal agrupación opositora, dijo a Efe que al menos 41 personas perecieron en Latmaneh «por el fuerte bombardeo de la artillería» del régimen.

Tras el bombardeo, que causó el derrumbe de varias viviendas con sus moradores dentro, irrumpieron grupos de «shabiha» (matones) en la localidad.

Los Comités añadieron que al menos 25 personas perecieron en la provincia central de Homs; trece en Alepo (norte) e Idleb (norte), uno en Deraa (sur) y otro en Duma, en la periferia de Damasco.

Mientras, la ciudad de Al Rastan, en la provincia de Homs, es hoy escenario de violentos enfrentamientos entre las fuerzas armadas y el opositor Ejército Sirio Libre, reveló a Efe su «número dos», Malek Kurdi.

Desde Turquía, Kurdi afirmó en una conversación telefónica que los soldados desertores están repeliendo los intentos de Ejército sirio de irrumpir en Al Rastan, a la que ataca con artillería.

«Esto se da en el marco de la gran campaña desarrollada actualmente por el régimen para ganar tiempo y definir la situación antes del 10 de abril», consideró Kurdi, quien destacó que Damasco «cree que el nuevo plazo otorgado por el Consejo de Seguridad de la ONU le da legitimidad para continuar con sus crímenes».

Estas informaciones no han podido ser verificadas de manera independiente por las restricciones impuestas por el régimen sirio a los periodistas para trabajar.

Entretanto, medios de comunicación oficiales sirios indicaron que miles de partidarios del régimen se manifestaron en las plazas de ciudades como Damasco, Idleb y Deraa para conmemorar el 65 aniversario de la creación del partido gobernante Baas, del presidente Bachar al Asad.

Estos sucesos ocurren tres días antes de que expirara el plazo dado a Damasco para que cumpla su compromiso de aplicar el plan de paz propuesto por el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan.

El plan exige a todas las partes el inmediato fin de la violencia y de las violaciones de los derechos humanos, así como asegurar el acceso de personal humanitario al país, facilitar la transición política hacia la democracia, iniciar un diálogo político y permitir el acceso de la prensa, entre otros.

El jueves pasado, Annan, con el respaldo del Consejo de Seguridad, puso fecha y hora al fin total de las hostilidades en el país: las 05.00 GMT del 12 de abril.

La ONU ha mandado un equipo de observadores a Siria para analizar con las autoridades el futuro despliegue de una misión militar de supervisión y seguimiento para aplicar el plan de paz de seis puntos de Annan. Por el momento, el régimen sirio no ha ofrecido ninguna información sobre esa visita.

Según datos de la ONU, desde el inicio de las protestas en Siria a mediados de marzo de 2011, más de 9.000 personas han muerto, mientras que más de 200.000 se han desplazado a otras zonas dentro del país y 30.000 se han refugiado en el extranjero.