Un soldado norcoreano hace guardia en las inmediaciones del Eunha-3, en Sohae. | BOBBY YIP

Corea del Norte ultima los preparativos para el inminente lanzamiento de su satélite Kwangmyongsong-3, a pesar de que países como Corea del Sur y EEUU le han instado a desistir del plan, que consideran una prueba de misiles encubierta.

Las tres etapas del cohete portador Eunha-3 (Vía Láctea 3 en coreano) ya se encuentran ensambladas y ubicadas en la plataforma de lanzamiento de Sohae, en la provincia noroccidental de Pyongan del Norte, según indicó ayer la agencia estatal norcoreana, KCNA.

Tras completarse la carga de combustible, último paso necesario antes del lanzamiento, el proyectil estará listo para despegar en algún momento entre el jueves 12 y el lunes 16, indicó por su parte la televisión norcoreana, KCTV.

El lanzamiento del cohete, de 91 toneladas de peso y 30 metros de longitud, coincide con las celebraciones en Corea del Norte por el centenario, el próximo domingo, del nacimiento de Kim Il-sung, fundador de un régimen comunista anclado en la realidad bipolar de la Guerra Fría y caracterizado por el extremo culto a sus líderes.

Transparencia inusual

En una campaña orientada a demostrar que su proyecto espacial persigue fines pacíficos, Corea del Norte organizó una exhaustiva y poco habitual visita a la base de Sohae para unos 60 periodistas de 19 países y expertos en ciencia y tecnología extranjeros. Allí, las autoridades del Comité de Tecnología Espacial norcoreano mostraron a los asistentes el cohete Eunha-3, que parte de la comunidad internacional concibe como el prototipo de un futuro misil de largo alcance que podría portar ojivas nucleares.

Los aliados occidentales creen que el tercer lanzamiento al espacio de un cohete de largo alcance norcoreano -los dos anteriores tuvieron lugar en 1998 y 2009- viola la resolución 1718 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prohíbe al país comunista realizar ensayos balísticos, de misiles o nucleares.