Alexis Tsipras (Syriza) y Evangelos Venizelos (Pasok) trataron ayer la posibilidad de formar Gobierno. | SIMELA PANTZARTZI

La crisis política en Grecia y las dudas sobre si el país cumplirá el plan de austeridad acordado con la comunidad internacional e incluso sobre su futuro en el euro están sembrando de incertidumbre el «Día de Europa».

Tanto el Banco Central Europeo (BCE) como la Comisión Europea negaron ayer la posibilidad de que se puedan renegociar los acuerdos de austeridad, pese a que los griegos se pronunciaron en las elecciones legislativas del pasado domingo en su mayoría contra dichas medidas.

El Banco Central Europeo (BCE) advirtió a Grecia que no hay alternativa al plan de saneamiento de su economía.

En declaraciones al rotativo Handelsblatt , el miembro alemán del consejo de gobierno del BCE, Jörg Asmussen, afirmó que «Grecia debe tener claro que no hay alternativa al acordado programa de saneamiento si desea continuar siendo miembro de la Eurozona».

Respuesta inmediata

Asmussen advirtió que si el nuevo Gobierno abandona el plan de austeridad iniciado, se suspenderán de inmediato los pagos del segundo rescate por valor de 130.000 millones de euros.

Mientras, en Grecia, continúan las negociaciones para formar un Gobierno, tras la fragmentación parlamentaria consecuencia de las elecciones del pasado domingo.

El líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), Alexis Tsipras, que quedó en segunda posición en las elecciones del pasado domingo, se entrevistó con organizaciones sociales y sindicales, además de rectores universitarios.

Frente a las advertencias del BCE, el líder del partido conservador griego Nueva Democracia, Antonis Samaras, reiteró ayer el compromiso de su formación con el citado plan de rescate, rechazando de esta forma cualquier posible pacto con la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza).

Aunque el sistema electoral griego otorga un bonus de 50 diputados a la fuerza más votada, ni Nueva Democracia ni el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), los únicos partidos griegos con representación parlamentaria favorables al plan de rescate, suman los 151 diputados necesarios para tener mayoría en el Parlamento.