Las autoridades judiciales vaticanas impusieron ayer el arresto domiciliario al mayordomo del papa Benedicto XVI, el italiano Paolo Gabriele, quien ha estado detenido desde el pasado 24 de mayo acusado del robo de documentos confidenciales de la Santa Sede.

El portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi, explicó que el juez instructor del Tribunal de la Ciudad del Vaticano que lleva el caso, Piero Bonnet, consideró, tras el interrogatorio de ayer, que no era necesario mantener al acusado bajo detención y le impuso a cambio el arresto domiciliario.

Lombardi agregó que Gabriele permanecerá en su casa junto con su familia hasta que el juez dé otra orden.

Asimismo, Lombardi anunció que la Comisión Cardenalicia, presidida por el español Julián Herranz y creada en abril para esclarecer el robo y filtración de cientos de documentos privados, ya entregó su informe a Benedicto XVI.

Filtraciones

El escándalo de las filtraciones de documentos reservados de la Santa Sede se desató a principios de año, cuando una televisión italiana sacó a la luz unas cartas enviadas a Benedicto XVI por el nuncio en EEUU, Carlo María Viganò, en las que denunciaba la «corrupción, prevaricación y mala gestión» en la administración vaticana.

El 19 de mayo pasado se publicó el libro Sua Santità, de Gian Luigi Nuzzi, con un centenar de nuevos documentos filtrados desde el Vaticano que desvelan supuestas tramas e intrigas en el pequeño Estado, y cinco días más tarde fue detenido Gabriele.

Por el momento, el mayordomo del Papa es el único detenido por este caso, en el que se sigue buscando al llamado ‘cuervo’ o ‘cuervos’ vaticanos, los autores de la filtración de estos documentos.