El Tribunal Constitucional egipcio decidió ayer suspender sus sesiones hasta que se le permita trabajar «sin presiones», después de que las protestas impidieran a los magistrados pronunciarse sobre la validez de la Asamblea Constituyente, que redactó la nueva Carta Magna.

Al estar la corte rodeada de miles de manifestantes, los jueces no lograron celebrar la reunión prevista para estudiar las denuncias que piden la anulación de esa asamblea y de la Shura (Cámara alta del Parlamento).

Irregularidades

Estos dos órganos debían ser examinados por irregularidades en su composición, aunque ambos gozan de inmunidad desde que el pasado 22 de noviembre el presidente egipcio, Mohamed Mursi, los declarara indisolubles.

La vicepresidenta del alto tribunal, Tahani el Gebali, explicó que el Constitucional pospuso el caso hasta una fecha indeterminada debido a que los jueces recibieron amenazas de muerte.

También se extendieron los rumores de que los manifestantes, en su mayoría de tendencia islamista, iban a prender fuego al edificio del tribunal, ubicado en el barrio cairota de Maadi.

En un comunicado posterior, el Constitucional destacó que «es un día muy oscuro en la historia de la Justicia egipcia» y anunció la suspensión de sus sesiones hasta una fecha en la que puedan trabajar «sin presiones psicológicas ni físicas».

La corte explicó que masas de personas rodearon el tribunal, cortaron los accesos y se subieron encima de sus muros, al tiempo que corearon lemas contra el tribunal.

De acuerdo a la nota, el ambiente «cargado de envidia, deseo de venganza e intentos de crear enemistades irreales» impidió a los jueces entrar en el edificio «por las amenazas a su seguridad».

En los alrededores del tribunal, algunos grupos levantaron incluso tiendas de campaña para expresar su rechazo al Constitucional y su apoyo a las decisiones de Mursi.