China logró situarse entre 2008 y 2012 como uno de los cinco mayores exportadores de armas del mundo, junto a EEUU, Rusia, Alemania y Francia, gracias a sus envíos de armamento convencional a Pakistán, Myanmar, Bangladesh o Venezuela. En su conjunto el negocio de las armas sigue creciendo en el mundo.

Así lo revela un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) difundido ayer, en el que se destaca que el empuje chino, que ha desbancado de este club de los cinco grandes al Reino Unido tras seis décadas como miembro, responde a una estrategia premeditada de Pekín. «El surgimiento de China (el año pasado) está principalmente guiado por las adquisiciones de armamento a gran escala de Pakistán», asegura Paul Holtom, director del programa de transferencia de armas del SIPRI.

Sin embargo, analiza este experto, el repunte no es algo puntual, porque «un número de recientes acuerdos indica que China se está estableciendo como proveedor para un número cada vez mayor de importantes receptores de armas».

Subida espectacular de China

China, que se coloca entre los cinco mayores exportadores de armas por primera vez desde el final de la Guerra Fría, ha incrementado notablemente sus ventas de armas en el exterior en los últimos ejercicios, elevando su cuota en el mercado global del 2 % al 5 % en el lustro que acabó el año pasado. El SIPRI estima que el volumen de exportaciones chinas de armas convencionales pesadas aumentó un 162 % entre 2003-2007 y 2008-2012, frente al incremento global del 17 %.

Pese al surgimiento del gigante asiático también en este ránking mundial, el mercado internacional de armas siguió dominado entre 2008 y 2012 por Estados Unidos y Rusia, que suponen, respectivamente, el 30 % y el 26 % de las exportaciones de material bélico.

A cierta distancia se situaron durante esos años Alemania, con una cuota del 7 % del mercado armamentístico global, y Francia, con el 6 %. El comercio de armas cabalga a lomos del incremento de las hostilidades en distintos puntos del planeta, con especial incidencia de las tensiones en el mar del sur de China, Asia oriental y mundo árabe.