Soldados surcoreanos hacen guardia en la zona desmilitarizada. | JEON HEON-KYUN

El régimen de Pyongyang recomendó ayer a los extranjeros residentes en Corea del Sur que preparen planes de evacuación ante la posibilidad de guerra inminente, un paso más en su persistente campaña de amenazas belicistas cuyo final no se advierte cercano.

Los aproximadamente 1,4 millones de residentes foráneos en Corea del Sur deben «saber dónde refugiarse» y «estudiar los planes de evacuación para salir del país», ya que el Gobierno totalitario norcoreano, explicó uno de sus portavoces, «no quiere ver a los extranjeros del Sur afectados si estalla una guerra».

En su nueva acometida verbal, Corea del Norte también recurrió ayer a la vieja amenaza de iniciar una «guerra santa», formulada en varias ocasiones en los últimos años y recuperada en este nuevo episodio de la persistente campaña de hostilidades iniciada a principios del mes pasado.

En paralelo al nuevo desafío norcoreano, altos funcionarios de Seúl aseguraron que el régimen de Kim Jong-un prepara un inminente lanzamiento de prueba de dos misiles de alcance intermedio.

Las deterioradas relaciones vivieron un nuevo episodio de tensión en lo relativo al complejo industrial de Kaesong, cuyas actividades quedaron suspendidas con la retirada de los 54.000 trabajadores norcoreanos del único proyecto conjunto en vigor entre Norte y Sur.