El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró hoy a los responsables de los atentados del maratón en Boston que los encontraran y los llevaran ante la justicia, en su intervención en un oficio religioso ecuménico en la catedral católica de la Santa Cruz.

El presidente aseguró que si los terroristas querían minar los valores de Estados Unidos, «eligieron la ciudad equivocada».

«Estamos aquí para reclamar el estado de gracia y el espíritu de la ciudad», dijo Obama en alusión al patriotismo, la solidaridad y la apertura al mundo que ha simbolizado Boston desde la Revolución Americana.

Ese espíritu, según Obama, quedó demostrado con la organización del maratón de la ciudad, que se tornó sin embargo en tragedia con las dos explosiones del lunes que causaron 3 muertos y más de 170 heridos.

«Vamos a reunir la fortaleza que no sabíamos que teníamos y vamos a acabar esta carrera», aseveró el mandatario, quien fue precedido por las notas del violonchelo de Yo-Yo Ma y las palabras del gobernador de Massachusetts, Deval Patrick.

Obama aseguró a los ciudadanos y a los heridos por las explosiones: «No tengo duda, volverán a correr».

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«Cuando una bomba nos golpea, no nos agachamos, no nos acobardamos con miedo. Nosotros seguimos adelante, corremos, luchamos», aseguró el mandatario que cerró el oficio, al que asistió acompañado de la primera dama, Michelle.

Con el templo y las calles anejas a la catedral repletas, el mandatario dijo que Boston siempre «abre su corazón al mundo», a hombres de todas las razas, a los inmigrantes.

Tras las intervenciones de religiosos presbiterianos, evangelistas, musulmanes o del arzobispo de Boston, Sean O'Malley, el presidente pidió rezar por los fallecidos: la joven de 29 años Krystle Campbell, la estudiante de la Universidad de Boston y ciudadana china Lu Lingzi, de 23 años, y el niño Martin Richard, de 8 años.

El presidente hizo suyas las palabras que mostraba este último en una foto que se ha convertido en un icono: «No más herir a la gente. Paz», un lema que Obama repitió.

Elevando la voz desde el púlpito y frente a autoridades, ciudadanos y miembros de los equipos de emergencia, el presidente aseguró que el año próximo el mundo volverá a la edición 118 de la maratón, «a esta gran ciudad estadounidense, para correr con más fuerza y animar más alto».

En varios momentos, las palabras del presidente fueron recibidas con aplausos de personas puestas en pie.

«Mañana el sol se elevará sobre Boston, sobre el país que amamos, este lugar tan especial, este estado de gracia... correremos con aguante la carrera ante nosotros».