La rebelión «tory» contra el programa de Cameron sobre la UE se produjo mientras el primer ministro estaba en la ONU. | BRENDAN MCDERMID

Más de un centenar de diputados conservadores secundaron una enmienda al programa del Gobierno que lidera el primer ministro de su propio partido, David Cameron, que no prevé legislar sobre un referéndum que cuestione la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea (UE). La propuesta, rechazada por la mayoría del Parlamento, fue presentada por el ala euroescéptica de la bancada «tory», descontenta con el rumbo que sigue en materia europea el Ejecutivo de coalición entre el Partido Conservador y el Liberal Demócrata, y que apuesta por regular el plebiscito sobre la UE en el próximo curso parlamentario.

Tras el debate, en el que se abordaron las posibles consecuencias que comportaría abandonar el bloque europeo, la enmienda fue rechazada con 277 votos en contra y 130 a favor, de los cuales unos 115 se emitieron desde las filas «tories», según la cadena pública BBC.

Irritados

Decenas de diputados conservadores se irritaron la semana pasada al comprobar que el programa de Gobierno para el próximo curso parlamentario, que la reina Isabel II leyó ante la cámara, no menciona una consulta con la que Cameron se ha comprometido de cara a la próxima legislatura. «Existe la preocupación sobre si la receta europea de impuestos elevados, grandes costes sociales y prestaciones inabordables está estrangulando la economía europea», expresó durante el debate el titular de Economía británico, George Osborne.

Para el ministro, «la crisis solo ha acelerado la aparición de un asunto que habría surgido de todas formas», y se preguntó si «la pertenencia a la UE del Reino Unido es adecuada para su futuro económico».

«Las empresas, sobre todo las pequeñas, están preocupadas porque directiva tras directiva, regulación tras regulación, queda lastrada su capacidad para competir en el mercado global», señaló el responsable de Economía, que sostuvo que defendería mantenerse en la Unión si «se alcanza una cambio significativo» en la relación que mantiene su país con el resto de Estados miembros.