Un manifestante devuelve un bote de gas lacrimógeno disparado por antidisturbios cerca de la plaza de Taksim. | SEDAT SUNA

Miles de personas se concentraron ayer por cuarto día consecutivo en la plaza de Taksim, en Estambul, donde volvieron a registrarse enfrentamientos con la policía antidisturbios.

Tras una jornada relativamente tranquila, policías y participantes en las protestas contra el Gobierno se enfrentaron en el barrio de Besiktas, cercano a Taksim y que ya fue escenario de duros choques la madrugada anterior.

Como en noches anteriores, la confusión era enorme e incluso en el parque de Gezi, donde horas antes se habían celebrado bailes, asambleas e incluso yoga, cundió el pánico, al notarse los efectos de los gases lacrimógenos.

La cercana plaza de Taksim se halla desde hace dos días rodeada de vehículos policiales quemados, autobuses cruzados y barreras erigidas con materiales de construcción y mobiliario urbano.

Asalto inminente

Hasta el momento, la policía no ha intentado recuperar el recinto, aunque su masiva presencia a menos de un kilómetro hace temer a los manifestantes que el asalto sea inminente.

Todos recuerdan la violenta intervención policial de la noche del domingo en Ankara, donde los antidisturbios desalojaron a unas 10.000 personas de la céntrica plaza de Kizilay, detuvieron a medio millar de personas y causaron numerosos heridos, entre ellos un joven que ha entrado en coma probablemente irreversible.

La pasada madrugada, otro joven de 19 años murió en Ümraniye, un barrio del lado asiático de Estambul, atropellado por un vehículo particular al intentar montar una barricada.

Además, un profesor y un estudiante de Estambul perdieron un ojo, el primero por el impacto de una granada de gas y el segundo por una bala de caucho.