Ahmed Samir Al-Snoosi falleció junto a otras cincuenta personas en los enfrentamientos del lunes entre el ejército y los simpatizantes de los Hermanos Musulmanes. El fotoperiodista de Justice estaba grabando los disparos de un francotirador. En el vídeo se ve cómo, después de abrir fuego varias veces, se gira y apunta a la cámara.

Al menos 51 personas, en su gran mayoría simpatizantes islamistas, murieron y otras 435 resultaron heridas en Egipto en la jornada más cruenta desde el golpe militar del pasado miércoles, que ha disparado los temores al estallido de una confrontación civil. Los sucesos, sobre los que los Hermanos Musulmanes y el Ejército ofrecen versiones opuestas, han aumentado la ya alta tensión y llevado al jeque de Al Azhar, la institución más prestigiosa del islam suní, Ahmed al Tayeb, a pedir un acuerdo de reconciliación «antes de que el país caiga en la guerra civil».

El presidente interino, Adli Mansur, colocado por los militares en sustitución del islamista Mohamed Mursi, ha formado una comisión judicial para investigar de urgencia los hechos, en los que murieron en su mayoría simpatizantes del presidente depuesto, frente al cuartel general de la Guardia Republicana en el barrio de Ciudad Naser, donde se cree que está retenido.

También instó a los manifestantes a alejarse de «los centros vitales y las instalaciones militares» del país e insistió en que la seguridad nacional debe ser la prioridad para que el periodo transitorio termine lo antes posible. El director del hospital de campaña instalado en esa plaza, Hisham Ibrahim, aseguró que tuvieron que atender 400 casos en apenas tres horas, 150 por heridas de bala y otros 200 por impacto de balines.

Versión del Ejército

El Ejército y el Ministerio de Interior convocaron por su parte una tensa rueda de prensa para dar su versión: sus fuerzas respondieron a un ataque de desconocidos con armas de fuego y bombas incendiarias contra el cuartel de la Guardia Republicana. «Un grupo armado atacó el perímetro del cuartel. El personal encargado de la seguridad fue atacado con munición real y balines, mientras otros trepaban sobre los muros para arrojar desde allí piedras, cócteles molotov, explosivos y material pesado», señaló, al precisar que entre las víctimas mortales se encuentran dos policías y un oficial del Ejército.

Poco después de los incidentes, la tensión era palpable en el lugar de los hechos, donde se podían ver numerosos adoquines arrancados y un puñado de simpatizantes islamistas mostraban casquillos que atribuyen a soldados. Las fuerzas de seguridad han cerrado todos los accesos a la vecina plaza y los soldados apuntaban sus rifles contra los partidarios de Mursi que protestaban la medida y gritaban «Alá es el más grande» con los brazos en alto.