Los manifestantes se protegen del gas lacrimógeno lanzado por la policía tras intentar ocupar la sede del gobierno. | BARBARA WALTON

El Tribunal Penal de Tailandia emitió ayer una orden de arresto contra el líder de las manifestaciones antigubernamentales, Suthep Thaugsuban, por sedición, según informan los medios locales, mientras que la primera ministra del país, Yingluck Shinawatra, rechazó entregar el poder.

Los disturbios prosiguieron en el país, que vivió un nuevo intento de asalto a la Casa de Gobierno, sede del Ejecutivo.

El Tribunal Penal emitió además otras cuatro órdenes de arresto contra otras cuatro personas por la ocupación de edificios oficiales durante las protestas, que duran ya más de una semana.

Suthep, ex viceprimer ministro y exdiputado del Partido Demócrata, está acusado de participar en una concentración de más de diez personas con el objetivo de perturbar la paz y de irrumpir en edificios estatales, tras encabezar las protestas para ocupar dependencias gubernamentales, según ha indicado el 'número dos' de la policía de Bangkok, general Chayut Thanathaweerat.

Según el Bangkok Post , el cargo del que se acusa a Suthep es punible con pena de muerte o cadena perpetua en virtud del artículo 113 del Código Penal.

Pese a ello, Thaugsuban hizo un llamamiento a todos los manifestantes congregados en distintos puntos a que marchen hoy hacia la sede de la Policía Metropolitana para asediarla.

En un discurso ante la multitud congregada en el complejo del Gobierno, y que también pudo verse en directo en la plaza Rajdamnoen, otro de los epicentros de las protestas, Suthep defendió que la marcha hacia la sede de la policía tiene como objetivo demostrar el poder de los ciudadanos a los malos agentes.

«Les he pedido que se decanten por los manifestantes, pero mi petición fue respondida con la policía disparando más gases lacrimógenos contra nosotros», lamentó, al tiempo que defendió que el Ejército está con los manifestantes.

Mientras tanto, ayer la policía empleó por segundo día consecutivo gases lacrimógenos y bombas de humo para repeler a los manifestantes que pretendían tomar la Casa de Gobierno y la Comisaría Central de la capital.

Muchos de los manifestantes huyeron y volvieron a la primera línea después de echarse cubos de agua por encima y con gabardinas y bolsas de plástico en la cabeza para protegerse de los gases.

Por su parte, la primera ministra tailandesa, Yingluck Shinawatra, descartó como inconstitucional la petición que le ha hecho el líder de las protestas para que deje el poder y aseguró que está dispuesta a dialogar para restablecer la paz en el país.