Marine Le Pen, tras la victoria. | CHRISTIAN HARTMANN

El Partido Popular Europea (PPE) ganó ayer las elecciones al Parlamento Europeo (PE) al obtener 212 escaños, lo que le obligará a negociar con otras formaciones políticas para que su candidato pueda presidir la próxima Comisión Europea (CE). Sin embargo la gran noticia ha sido el fuerte auge de los radicaslismos, especialmente el de ultraderecha eurófobo.


En medio de una alta abstención, pues solo cuatro de cada diez europeos fueron a las urnas para elegir a los 751 eurodiputados del PE y al presidente del Ejecutivo comunitario, los dos grandes partidos dominantes en la Eurocámara perdieron representación en favor de las fuerzas euroescépticas, que sumaron un centenar de parlamentarios. Los resultados obligan al centroderecha europeo a ir a un «gran coalición», ya que necesita el respaldo de 376 de los 751 diputados de la Eurocámara, pero fuentes parlamentarias advierten de que «una coalición estable necesita al menos de 400 diputados».

Socialistas

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Los socialistas de Martin Schulz, lograron 185, seguidos por la tercera fuerza, los liberales de ALDE (71); los Verdes (55); conservadores y reformistas (40); la izquierda (45) y el grupo europeo de Libertad y Democracia (36).
En los no inscritos hay otros 40 diputados y 67 en «otros». En el actual grupo de los No Inscritos está el gran ganador de las elecciones en Francia, el Frente Nacional de Marie Le Pen, que logró el 25 % de los sufragios y aumentará de 33 a 40 su representación.

Con esos resultados preliminares de las elecciones europeas, los partidos de izquierda ganaron en Rumanía, Portugal, Grecia, Eslovaquía y Suecia. En Francia, Marine Le Pen y su Frente Nacional, ha sido un «sunami político, un seísmo», en palabras del primer ministro francés, Manuel Valls. También ha provocado que el presidente de Francia, François Hollande, convoque para hoy una reunión de urgencia de su gabinete.

Sin embargo, esa subida tan importante en su país no permitirá a Le Pen la creación del grupo parlamentario que esperaba, ya que en sus cálculos entraba contar con el escaño que presumía obtener el Partido Nacionalista Eslovaco, que no consiguió representación. Otros grupos radicales de derecha crecen como es el caso de Dinamarca, que ganó. El Grecia por contra, la izquierda radical de Syriza, fue la gran triunfadora.