La crónica enemistad entre los políticos musulmanes, croatas y serbios en Bosnia hizo que el centenario del magnicidio de Sarajevo que originó la I Guerra Mundial tuviera dos celebraciones opuestas: la de quienes consideran a su autor un terrorista y la de quienes lo ven como un patriota.

La primera se celebró en Sarajevo, donde el 28 de junio de 1914 el joven serbobosnio Gavrilo Princip mató a tiros al archiduque Francisco Fernando, heredero del Imperio austro-húngaro, un atentado que sirvió de detonante para el conflicto.

El otro acto tuvo lugar en el ente serbio de Bosnia, donde Princip es visto como un héroe y un luchador por la libertad contra el ocupador austro-húngaro, que se había anexionado Bosnia en 1908.

La cúpula serbobosnia y las autoridades de Serbia acudieron a Andricgrad, la ciudad de las artes creada por el director de cine Emir Kusturica, de origen bosnio-musulmán y luego nacionalizado serbio.

Teatro

La jornada incluyó una obra de teatro que reconstruyó el atentado y homenajes a los miembros de la organización «Joven Bosnia» que participaron en el ataque.

En Sarajevo, la conmemoración comenzó el 28 de junio con un concierto de la Filarmónica de Viena en el recién reconstruido edificio de la antigua Biblioteca y Ayuntamiento de Sarajevo, el último sitio visitado por el archiduque antes de ser asesinado. En la fachada del llamado «Museo del Atentado» se pudieron ver grandes fotografías de Francisco Fernando, de un lado, y de Princip, del otro, con una inscripción en inglés y bosnio que rezaba: «El sitio en que comenzó el siglo XX».