El Ejército israelí ha comenzado a desplegar fuerzas en los alrededores de la Franja de Gaza. | ABIR SULTAN

Pese a que israelíes y palestinos dicen que no buscan una escalada de la violencia, la tensión volvió a crecer ayer, azuzada por el lanzamiento de cohetes desde Gaza y la decisión del Ejército israelí de reforzar, con tanques y tropas terrestres, la frontera sur.

Según cifras castrenses, alrededor de 80 proyectiles de este tipo han salido desde la Franja desde que el 12 de junio desaparecieran en Cisjordania tres estudiantes israelíes -dos de ellos menores- cuyos cadáveres, tiroteados, fueron hallados el lunes cerca de la ciudad de Hebrón, ayer se lanzaron 16.

Ninguno de los cohetes ha causado víctimas, aunque sí diversos daños materiales.

La aviación israelí ha respondido con ataques de precisión sobre objetivos islamistas en Gaza, en los que han muerto tres milicianos y un niño de 7 años y otras veinticinco personas, en su mayoría civiles, han resultado heridas.

Instalaciones militares

De acuerdo con el Ejército israelí, los objetivos fueron instalaciones militares del grupo radical palestino Yihad Islámica y del movimiento islamista Hamas, al que Israel acusa del asesinato de los estudiantes y responsabiliza de los cohetes.

Este jueves, sin embargo, el brazo armado del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) asumió la responsabilidad del disparo de doce proyectiles, mientras que el ala militar Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP) se atribuyó el lanzamiento de dos de mayor alcance.

Además, un grupo yihadista hasta la fecha desconocido, afiliado al Estado Islámico en Irak y el Levante, asumió la autoría del secuestro de los tres jóvenes judíos, según un comunicado difundido por la prensa israelí.

En Jerusalén Este no cesa la tensión y es escenario de enfrentamientos entre grupos de jóvenes y unidades de la Policía desde que el miércoles se hallara el cadáver calcinado de un menor palestino que había sido forzado a entrar en un coche horas antes en el barrio de Shuafat.

La Policía investiga si, como los indicios apuntan, fue víctima de una venganza de grupos ultranacionalistas judíos.