El expresidente egipcio Hosni Mubarak llegó este sábado al Tribunal Penal de El Cairo para escuchar la sentencia prevista en la repetición del juicio que afronta por la muerte de manifestantes en la revolución que lo derrocó en 2011.

La agencia oficial de noticias, Mena, informó de la llegada de Mubarak en helicóptero, y del resto de acusados en ese caso, que en su día fue denominado «el juicio del siglo».

Esta vista resulta del aplazamiento, el pasado 26 de septiembre, de la lectura del fallo por parte del mismo tribunal.

El juez Mahmud al Rachidi explicó entonces que solo pudo revisar el 60 % de la documentación del caso, que consta de unos 160.000 folios.

El exministro de Interior Habib al Adli y seis de sus ayudantes también son juzgados por la matanza de manifestantes.

Además, Mubarak afronta cargos, junto a sus dos hijos Alaa y Gamal y al empresario fugado Husein Salem, por supuesta corrupción y enriquecimiento ilícito por la exportación de crudo a Israel a precios supuestamente inferiores a los del mercado.

El nuevo juicio a Mubarak comenzó el 13 de abril de 2013, después de que en enero de ese año una corte anulara la condena a cadena perpetua impuesta al expresidente y a Al Adli por irregularidades, y resolviese repetir el juicio.

El pasado 13 de agosto, Mubarak pudo hablar ante el juez por primera vez desde que fuera detenido y defendió el legado de sus tres décadas de mandato.

En la que dijo que sería su última alocución a los egipcios, reiteró su inocencia ante el tribunal que lo juzga.

A sus 86 años, cumple condena por un caso de corrupción en el hospital militar de Maadi, en El Cairo, adonde fue trasladado por su precario estado de salud desde la cercana prisión de Tora.

Concretamente, fue condenado en mayo pasado a tres años de cárcel por apropiación indebida de fondos públicos, en un caso relacionado con el presupuesto de los palacios presidenciales y en el que sus hijos Alaa y Gamal recibieron penas de cuatro años por los mismos cargos.