Un grupo de activistas protesta con una pancarta en la que se lee "Solidaridad para los huelguistas" en el Parlamento griego en Atenas (Grecia) este miércoles 1 de abril de 2015. Unos veinte anarquistas irrumpieron en el patio del Parlamento griego y reclamaron a gritos la eliminación de las cárceles de seguridad y la abolición de la ley antiterrorista, en una acción similar a las efectuadas en las últimas semanas en otros edificios públicos. | DIMITRIS LAMPROPOULOS

Unos veinte anarquistas irrumpieron este miércoles en el patio del Parlamento griego y reclamaron a gritos la eliminación de las cárceles de seguridad y la abolición de la ley antiterrorista, en una acción similar a las efectuadas en las últimas semanas en otros edificios públicos.

Los jóvenes entraron en el patio del Parlamento, del que el Gobierno de Syriza ordenó quitar las verjas de protección al asumir el poder ejecutivo, lanzaron octavillas y desplegaron una pancarta en la que exigían el cierre de las citadas cárceles y se solidarizaban con presos en huelga de hambre.

La policía acordonó al grupo y llevó a comisaría a la mayoría de ellos.

La acción tenía por objeto solidarizarse con la decena de presos que se encuentran en huelga de hambre para pedir la abolición de las cárceles especiales y la excarcelación de Savás Xirós, un miembro de la desarticulada organización terrorista 17 de Noviembre, que lleva 13 años en la cárcel y se encuentra en estado grave.

El portavoz del Gobierno, Gavriil Sakelaridis, calificó la protesta de «incomprensible», habida cuenta que el Ejecutivo ya ha presentado un proyecto de ley para abolir estas cárceles y crear un sistema penitenciario más humano.

«¿A quien favorece entonces esta acción?», preguntó Sakelaridis, quien sostuvo que este tipo de acciones «dan argumentos a los que no quieren un sistema penitenciario humano».

La irrupción violenta en el patio opera además contra la decisión del Gobierno de eliminar los «barrotes de la vergüenza» a los pies de Parlamento, añadió.

La presidenta del Parlamento, Zoe Constandopulu, del gubernamental Syriza, restó importancia al episodio y al ser preguntada por periodistas, respondió lacónicamente: «¿les trastorna que haya unos cuantos que quieran protestar?».

Al mismo tiempo, continuaba este miércoles por tercera jornada consecutiva la ocupación del decanato de la Universidad de Atenas por otro grupo con demandas similares.

Desde esta mañana está además ocupado el Ayuntamiento de Nueva Smirna, un barrio de la periferia de Atenas.

Los ocupantes piden la puesta en libertad de los miembros del grupo anarquista «Conspiración de Núcleos del Fuego», dos de cuyos presos que se encontraban en huelga de hambre fueron trasladados hace unos días a un hospital debido a su delicado estado de salud.

Además, exigen la abolición de las cárceles de seguridad, algo que también está entre los planes del Gobierno que ya ha presentado la ley correspondiente.

En un comunicado, el portavoz de Nueva Democracia, el principal partido de la oposición, Kostas Karagunis, acusó al primer ministro, Alexis Tsipras, de esconderse «detrás de las obsesiones y las actitudes de los jóvenes de Syriza."

La semana pasada hubo decapitaciones de estatuas, saqueos de iglesias y daños en escuelas, dijo Karagunis, quien preguntó quién iba a pagar la factura de todo, «¿el señor Tsipras o la juventud de Syriza?».

La semana pasada, un grupo de anarquistas ocupó la sede de la emisora de radio griega Sto Kokkino, afín a Syriza, en una acción destinada expresar las mismas peticiones y a solidarizarse con la decena de reclusos que se encuentran en huelga de hambre.

En otras acciones parecidas, grupos de alrededor de cincuenta personas se concentraron ante la entrada de la vivienda donde vive Tsipras, y ocuparon la sede central del partido gubernamental Syriza.

La huelga de hambre, así como las diferentes iniciativas de protesta, empezaron tras la reciente detención de familiares y presuntos colaboradores de la «Conspiración de Núcleos del Fuego», que entre 2008 y 2011 perpetró numerosos ataques contra embajadas, oficinas de políticos y comisarías, sin causar víctimas.