Al menos 35 personas murieron ayer en bombardeos del régimen sirio y por disparos de cohetes de los rebeldes en la ciudad y provincia de Alepo, según la última cifra de víctimas difundida este domingo por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

El suceso más mortífero tuvo lugar en el barrio de Al Madi, en la ciudad de Alepo, donde un bombardeo del régimen afectó a un mercado popular donde causó 15 muertos.

Otras 17 personas fallecieron por el impacto de proyectiles y cohetes lanzados por los rebeldes contra el barrio de Al Suleimaniya y otras zonas de Alepo controladas por las fuerzas gubernamentales.

Estos ataques, que provocaron el derribo de unos cinco edificios en Al Suleimaniya, fueron calificados por el primer ministro sirio, Wael al Halaqi, de «ataques terroristas contra civiles inocentes» que solo buscan socavar la resistencia de la gente de Alepo.

Además, tres civiles perecieron en otros bombardeos en zonas fuera de la ciudad, agregó el Observatorio, que apuntó que dos menores de edad y una mujer figuran en el recuento final de víctimas mortales.

Alepo fue blanco de una gran ofensiva de los rebeldes a finales de julio de 2012 y de otras operaciones importantes posteriores, lo que les permitió dominar amplias áreas de la urbe, aunque no lograron hacerse con su control total.

A grandes rasgos, el oeste de la población quedó en manos de las autoridades, mientras que el este se encuentra bajo control de los insurgentes.

Siria es escenario desde hace cuatro años de un conflicto, que ha causado unos 220.000 muertos, según la ONU.