El Parlamento de Turquía renovó este jueves en Ankara el mandato del Gobierno para enviar tropas a Siria e Irak durante un período de un año.

El Ejecutivo en funciones, liderado por el partido islamista AKP, destacó la caótica situación en la región y la creciente amenaza del grupo yihadista Estado Islámico (EI), así como los crecientes ataques del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

El titular turco de Defensa, Vecdi Gonul, afirmó que no puede haber estabilidad en Siria mientras siga en el poder el régimen de Bachar al Asad.

Según el ministro, la moción aprobada es necesaria para defender a Turquía contra el terrorismo en la región.

El opositor partido socialdemócrata CHP, que el año pasado rechazó otorgar este permiso, votó esta vez a favor, al incluirse en la moción una referencia explícita al EI.

Solo los diputados de la prokurda formación HDP votaron en bloque en contra porque consideran que se trata de una «moción de guerra».

El partido ultranacionalista turco MHP también dio su visto bueno al nuevo mandato.

Turquía, que tiene el segundo Ejército más grande de la OTAN, es uno de los principales críticos del régimen de Asad y se ha unido a la intervención internacional contra el EI, liderada por Estados Unidos.

El país eurasiático tiene una frontera de 900 kilómetros con Siria, desde donde a veces llegan proyectiles que impactan en territorio turco.

Hace dos días murió un soldado turco al ser alcanzado por disparos del EI y otro parece haber sido secuestrado por yihadistas que se infiltraron en territorio de Turquía.

Mientras, en el norte de Irak se encuentran las bases de comando del PKK, que la aviación turca bombardea desde hace semanas para poner fin a los ataques guerrilleros, que se reanudaron en julio tras más de dos años de alto el fuego.