El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn. | FABRIZIO BENSCH

El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, dimitió este miércoles asumiendo la responsabilidad en el escándalo por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en vehículos diesel en EEUU, aunque aseguró no haber hecho personalmente «nada mal».

Winterkorn presentó su dimisión tras una reunión del consejo de supervisión para abordar una de las peores crisis en la historia de la compañía, que la ha llevado a perder desde el lunes más de una tercera parte de su capitalización bursátil.

Las acciones de Volkswagen subieron este miércoles un 5,19 %, hasta 111,50 euros, en la bolsa de Fráncfort.

La compañía también anunció que va a demandar a los responsables de esta manipulación.

«Volkswagen necesita un nuevo comienzo, también en términos personales. Con mi dimisión dejo el camino libre», dijo Winterkorn.

«Estoy impactado por los acontecimientos de los últimos días, sobre todo, estoy impresionado por que una conducta errónea a esta escala sea posible en el grupo Volkswagen», apostilló Winterkorn en un comunicado.

Añadió: «Admito como presidente la responsabilidad por las irregularidades que se han encontrado en motores diesel, y por ello he pedido al comité de supervisión llegar a un acuerdo para acabar mi función como presidente del consorcio».

«Lo hago en interés de la empresa, incluso siendo consciente de que yo no hice nada mal», señaló Winterkorn sobre su dimisión.

El presidente interino del consejo de supervisión de VW, un órgano supervisor típico de las empresas alemanas, Berthold Huber, dijo que Winterkorn no sabía nada de esta manipulación, pero que ha asumido la responsabilidad.

Pese a ello y por la magnitud del daño ocasionado parecía inevitable su dimisión, que habían solicitado algunos analistas del sector del motor y políticos de la oposición.

Todavía se desconoce si Ferdinand Piëch conocía la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en EEUU y fue por ello que retiró su apoyo a Winterkorn a comienzos de abril, cuando todavía era presidente del consejo de supervisión.

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Entonces parecía que Piëch se distanciaba de Winterkorn por los problemas que afronta Volkswagen, como la paleta de modelos, las ventas en EEUU y en China y los costes, sobre todo en la marca VW.

Winterkorn, cuyo contrato finalizaba a finales de 2016, hizo hincapié en que el proceso de clarificación y transparencia debe continuar.

«Esta es la única forma de ganar confianza. Estoy convencido de que el grupo Volkswagen y su equipo superarán esta grave crisis», señaló el hasta ahora presidente del grupo.

El consejo de supervisión de Volkswagen, compañía en la que el estado federado de Baja Sajonia tiene una participación del 20 %, se reunirá de nuevo el viernes y antes no va a decidir quién será el sustituto de Winterkorn.

Como sustituto se ha barajado el nombre del portavoz de la familia Porsche, Wolfgang Porsche, que es primo de Piëch.

Este gremio supervisor informó tras la reunión de urgencia de que es consciente del daño económico y también de «la pérdida de confianza de muchos clientes en todo el mundo».

Asimismo previó más consecuencias personales en los próximos días de todos quienes tuvieron que ver con este escándalo.

Volkswagen colaborará en las investigaciones de la Fiscalía y creará una comisión especial para explicar lo ocurrido.

El presidente del estado federado de Baja Sajonia, el socialdemócrata Stephan Weil, dijo que Volkswagen iniciará pasos legales contra los responsables de la manipulación en la empresa.

Volkswagen, que el primer semestre del año se convirtió en el primer fabricante automovilístico del mundo, instaló un software en los modelos con el motor diésel EA 189 (el 2.0 TDI) que detecta cuando el vehículo está siendo examinado y trucó las mediciones de gases contaminantes para cumplir las normativas federales y estatales en EEUU.

Volkswagen ha dicho que once millones de vehículos en todo el mundo tienen este motor.