Imagen de video, facilitado por PREOEM-AID, de Enrique González, Julio Latorre y Manuel Blanco. | Efe

Los tres bomberos españoles detenidos este jueves en la isla griega de Lesbos acusados de un presunto delito de tráfico de personas fueron puestos este sábado en libertad, después de declarar ante un juez que les impuso una fianza de 5.000 euros a cada uno, indicó a Efe el abogado de los españoles, Jaris Pétsikos.

El letrado aclaró que los españoles tienen un mes para depositar el dinero, que sirve como garantía de que volverán a Grecia en caso de que las autoridades helenas les reclamen.

La razón, como explica Pétsikos, es que la liberación de los cooperantes es una «decisión temporal», ya que la investigación continúa y tras su finalización un consejo de jueces determinará si se mantienen los cargos de tráfico de personas y posesión ilegal de armas y, por tanto, tienen que ir a juicio o si quedan absueltos, un pronunciamiento que puede tardar meses.

«Tienen que pagar 5.000 euros como fianza porque ahora son libres para irse a España, pero es una garantía de que volverán a Grecia si la investigación lo determina», señaló.

El magistrado, sin embargo, se mostró seguro de que su vuelta a tierras griegas por este asunto no será necesaria.

«En los casos en que los delitos son tan graves y el juez decide que te puedes marchar es porque no hay pruebas de que los has cometido, además tratándose de ciudadanos extranjeros...», aseguró.

Julio Latorre, José Enrique y Manuel Blanco fueron recibidos entre abrazos de los compañeros que les esperaron durante las horas que duraron las comparecencias a las puertas de las dependencias judiciales de Mitilene, la capital de Lesbos, donde ya les habían animado a su llegada esta mañana al grito de «Salvar no es traficar».

La Guardia Costera les detuvo cuando, según la organización, buscaban en alta mar junto a dos miembros de la organización danesa Team Humanity, un bote que corría peligro.

Desde el incidente, Proem-Aid llevó a cabo una potente campaña a través de las redes sociales para informar sobre la situación de los tres bomberos y recabar apoyos para demostrar su inocencia.

Según informó la organización tres diputados de Syriza, partido gobernante en Grecia, declararon hoy a favor de los detenidos.

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Entre ellos estuvo Vasilikí Katrivanu, quien, a las puertas del juzgado, pidió disculpas públicamente por el trato que han recibido.

Katrivanu aseguró que el Gobierno considera necesario establecer un marco de cooperación entre las ONG ubicadas en las islas y las autoridades, pero recalcó que no se hubiera podido hacer frente al ingente número de llegadas sin la ayuda de estas organizaciones.

«Queremos reconocer y decir que no podríamos hacer este trabajo sin ellos. Y así que aquí estamos, de su lado y, al mismo tiempo, decimos que es necesario establecer un marco para que funcionen de la mejor forma para todos», apuntó.

Según recoge la prensa local, la agencia europea de Control de Fronteras (Frontex) estaría ejerciendo presión sobre las autoridades griegas para que controlen la actividad de las ONG que llevan a cabo rescates para que operen solo a petición de los guardacostas.

Lesbos, donde Proem-Aid opera desde el pasado diciembre, es una de las islas helenas del Egeo más próximas a Turquía.

Desde su parte norte se vislumbra sin dificultad la costa turca que se distancia tan solo unos pocos kilómetros, lo que ha ocasionado que desde antes del pasado verano las barcazas con refugiados y migrantes lleguen a diario.

Proem-Aid es una más de las numerosas organizaciones de todo el mundo que han llegado a Lesbos, desde que un día las duras imágenes aparecidas en la prensa les moviesen a viajar hasta allí y prestar ayuda a las autoridades para salvar todas la vidas posibles.

Su iniciativa, llamada «Proyecto Lesbos», cuenta con un equipo de profesionales de la emergencia que contribuye en las funciones de rescate y salvamento de los que llegan huyendo de la guerra y la pobreza.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha publicado que en los primeros quince días de 2016 entraron en Grecia 23.302 personas y se han registrado ya 50 muertes.

Estas cifras no recogen los dos últimos naufragios acaecidos en las islas de Samos y Agathonisi, que se cobraron la vida de nueve personas entre ayer y hoy.

El ritmo de llegadas diarias a Lesbos, según los guardacostas, alcanza entre las 1.000 y 1.500 personas y advierten de que hay un gran número de gente esperando en la costa turca para entrar en Europa.