Oficiales de seguridad aseguran la zona en la que han hecho explosión tres bombas durante un ataque suicida en Peshawar (Pakistán). | Efe

Al menos siete personas han muerto y una veintena han resultado heridas a causa del atentado perpetrado este martes por tres terroristas suicidas contra un tribunal de la localidad paquistaní de Charsadda, ubicada en la provincia de Jiber Pajtunjua (norte), según el último balance.

El ataque se ha producido a primera hora de la mañana, cuando los kamikazes han tratado de acceder a la sede jurisdiccional y para ello han abierto fuego e incluso han lanzado granadas contra las fuerzas de seguridad que protegían el edificio. Entre los fallecidos figura un abogado.

El grupo armado Jamaat-ul-Ahraar -una escisión de Tehrik-e-Talibán Pakistán, los talibán paquistaníes- ha reivindicado la autoría de este atentado, de acuerdo con el diario local 'Dawn'.

El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ha condenado el último atentado. «Somos una nación resuelta y no nos dejaremos disuadir por tales ataques», ha asegurado en un comunicado. «Nuestro Gobierno continuará luchando contra los terroristas y triunfaremos», ha prometido Sharif.

Por su parte, el jefe del Ejército, el general Qamar Javed Bajwa, ha elogiado la actuación de las fuerzas de seguridad en Charsadda, que han evitado que hubiera un número superior de víctimas con su rápida intervención.

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El suceso ha tenido lugar un día después de que las autoridades del país anunciaran la muerte de cuatro presuntos terroristas durante una operación llevada a cabo en el distrito de Tank, situado en esta misma provincia.

Las fuerzas de seguridad paquistaníes han matado a más de un centenar de presuntos terroristas tras el atentado suicida perpetrado el 16 de febrero contra un templo sufí en el sur del país, que se saldó con más de 80 muertos.

El atentado, uno de los más sangrientos de la historia reciente de Pakistán, fue perpetrado por un terrorista suicida del grupo yihadista Estado Islámico que entró en el interior del mausoleo con su rostro cubierto por un burka.

El atentado de este martes completa una semana especialmente sangrienta en Pakistán, donde los distintos ataques, incluido el cometido por Estado Islámico el jueves, han dejado más de 100 muertos.

El 13 de febrero, al menos 13 personas murieron y otras 85 resultaron heridas en un atentado suicida en Lahore reivindicado por Jamaat-ur-Ahrar.

Dos días después, cinco personas murieron en otro atentado suicida frente a una oficina gubernamental en la agencia Mohmand también obra de este mismo grupo terrorista. Además, ese mismo día otra persona murió en otro atentado suicida contra un vehículo en el que viajaban jueces en Peshawar.