Hotel RIU Imperial Marhaba. | Redacción Local

La muerte de los 30 británicos fallecidos en el atentado perpetrado en junio de 2015 contra un hotel de Túnez fue un homicidio, según un juez, que eximió este martes al establecimiento y a las agencias de turismo de cualquier negligencia en el suceso.

El magistrado Nicholas Loraine-Smith, del Tribunal Superior de Londres, evaluó durante seis semanas las circunstancias del ataque perpetrado en la playa del hotel Riu Imperial Marhaba, en la localidad de Port El Kantaoui, próxima a Susa, por el radical islámico identificado como Saifeddine Rezgui.

El juez también calificó la respuesta de la policía tunecina el día del atentado de «caótica» y «cobarde».

Un total de 38 personas perdieron la vida, 30 de ellos británicos, en el peor atentado contra ciudadanos del Reino Unido desde los de Londres del 7 de julio de 2005 (7-J), en el que 54 personas murieron, cuatro de ellas los terroristas suicidas.

El terrorista, que atentó con un arma de fuego y granadas, entró por la playa en Port el Kantaoui, un pueblo con veleros y lujosos restaurantes, hasta llegar hasta donde los turistas tomaban el sol.

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De acuerdo con el magistrado, el terrorista, que actuó en nombre del Estado Islámico (EI), tenía intención de matar a la mayor cantidad posible de turistas cuando les atacó en la playa.

«La simple pero trágica verdad en este caso es que el hombre armado con un arma y granadas fue a ese hotel con la intención de matar a la mayor cantidad de turistas que pudiera», añadió el juez.

Los familiares de los 30 británicos fallecidos en Túnez querían llevar a la compañía de turismo TUI a un tribunal civil a fin de pedir indemnización por estas muertes, según los medios locales.

Los sobrevivientes del ataque relataron en la corte el horror del ataque y algunos llegaron a decir que se hicieron pasar por muertos a fin de evitar que Rezgui les disparase.

Tras los atentados, el Gobierno británico modificó el consejo de viajes a sus ciudadanos y pidió que no se viajase a Túnez a menos que fuese estrictamente necesario, recomendación que aún está vigente.

Las autoridades tunecinas han pedido que se levante esa recomendación por considerar que Susa y sus alrededores son seguros y porque está afectando la importante industria turística del país.