Destrucción en Mosul. | Reuters

Decenas de miles de civiles que se encuentran en las zonas de Mosul que siguen bajo control del grupo terrorista Estado Islámico tienen problemas para conseguir alimentos, agua y medicinas, ha advertido la coordinadora humanitaria de la ONU en Irak, Lise Grande, después de que el sábado se lanzara el asalto final contra la Ciudad Vieja.

Hasta 200.000 personas siguen viviendo en la Ciudad Vieja y otros tres distritos de Mosul que continúan controlados por Estado Islámico, según ha contado a Reuters Grande.

Por el momento, el progreso en la nueva ofensiva ha sido lento, según contó este domingo por la noche a Reuter un asesor del Gobierno iraní. «Los combates están siendo extremadamente intensos (...) la presencia de civiles significa que tenemos que tener mucho cuidado», ha explicado.

Los que han conseguido salir de las zonas bajo control miliciano «informan de una situación dramática incluida falta de comida, agua limitada y grave falta de alimentos», ha indicado Grance. «Sabemos que ha habido instalaciones sanitarias en estas zonas, pero no sabemos siguen funcionando», ha añadido.

Las fuerzas gubernamentales han estado lanzando octavillas sobre los distritos pidiendo a las familias que huyan, pero muchos se han quedado por temor a verse atrapados en el fuego cruzado. «Las autoridades nos han informado de que la evacuación no es obligatoria (...) Si los civiles deciden quedarse (...) serán protegidos por las fuerzas de seguridad iraquíes», ha señalado Grande.

«Las personas que opten por huir serán dirigías a rutas seguras. El lugar de estas cambiará dependiendo de qué zonas estén siendo atacadas y las dinámicas en el campo de batalla», ha precisado.

El último empuje del Gobierno iraquí se enmarca en una ofensiva más amplia en Mosul, que comenzó hace ocho meses. La operación ha llevado más tiempo de lo previsto ya que los milicianos se han atrincherado entre los civiles, respondiendo con atentados suicidas con coches y motos bomba, bombas trampa, francotiradores y disparos de mortero.

Su principal objetivo es la mezquita medieval Grand al Nuri, con su famoso minaerte en la Ciudad Vieja, donde Estado Islámico izó su bandera negra en junio de 2014. Desde ella, proclamó el líder de Estado Islámico, Abú Bakr al Baghdadi, el 'califato' el 29 de junio de ese mismo año.