El Gobierno de Estados Unidos espera desplegar unos 3.000 militares adicionales en Afganistán y espera que los aliados aporten otros mil, ha precisado la embajadora estadounidense ante la OTAN, Kay Bailey Hutchison.

«Las cifras generales se han acordado», ha explicado la embajadora estadounidense ante la OTAN. «La cifra general es de 3.000 más o menos de soldados de Estados Unidos y mil más o menos de militares aliados. Este es el objetivo», ha precisado.

La Administración estadounidense hará «peticiones específicas» al resto de aliados «en las próximas dos semanas» para pedirles un refuerzo de efectivos en Afganistán, ha precisado la exsenadora estadounidense, que ha admitido que llevará «varias semanas» identificar a «la gente adecuada» aunque ha confiado en que el refuerzo de instructores y asesores en Afganistán se pueda dar «lo más rápido posible».

«Los aliados son conscientes de que van a recibir peticiones. En las próximas semanas tendrán peticiones más específicas», ha explicado. «Nuestro objetivo es comenzar a ver un aumento en los niveles de instructores y asesores lo más rápido posible», ha precisado.

Los aliados mantendrán una conferencia de generación de fuerzas este mes y el refuerzo militar para Afganistán será uno de los asuntos centrales de la reunión de ministros de Defensa de la OTAN, prevista los próximos 8 y 9 de noviembre.

La embajadora estadounidense ante la OTAN ha justificado el refuerzo militar en Afganistán previsto en la nueva estrategia de la Administración estadounidense para la región porque «intenta demostrar a los talibán que no van a ganar» en el plano militar y que deben negociar con el Gobierno de Kabul. «La nueva estrategia tiene una gran oportunidad de tener éxito», ha asegurado.

«En seis o siete años los afganos serán más capaces de defenderse y de mantener su defensa sin la ayuda externa. En este plazo habrá más estabilidad y necesitaremos menos instructores y asesores», ha vaticinado.

ACUERDO PARA FINANCIACIÓN COMÚN PARA COMBATIR EL TERRORRISMO

Hutchison ha recordado el objetivo de la Administración estadounidense de que la OTAN aumente su implicación en la lucha antiterrorista y ha reclamado «más financiación común» para ello.

«Porque es una amenaza para todos», ha justificado, insistiendo en que el intercambio de inteligencia entre aliados «es la primera cosa que se puede hacer y se hará».

«Vamos a necesitar más financiación común», ha recalcado la exsenadora estadounidense, que ha dejado claro que Estados Unidos también seguirán insistiendo a sus aliados en la necesidad de que haya «una mayor reparto de la carga» y avancen para cumplir los objetivos pactados de destinar el 2% del PIB a defensa y el 20% de ello para equipos, una petición que insistirán especialmente entre «los grandes (países) deficitarios».

Estados Unidos y Francia llegaron a un acuerdo el pasado lunes para destinar financiación común de la OTAN a actividades destinadas a la lucha antiterrorista, han explicado fuentes aliadas y diplomáticas.

Francia se había resistido hasta ahora a sufragar los costes de una mayor implicación de la OTAN en la lucha antiterrorista con financiación común alegando su elevado gasto nacional destinado a operaciones en África.

COREA DEL NORTE

Al referirse a la crisis norcoreana por el avance en sus programas balístico y nuclear, la embajadora estadounidense ante la OTAN ha considerado que pone de relieve la importancia del arsenal nuclear de la OTAN para un efecto disuasión. *

«Es todavía más importante como disuasión. Somos una Alianza nuclear disuasoria», ha defendido. Hutchison ha asegurado que tras la prueba norcoreana con una bomba de hidrógeno y su reciente prueba con un misil intercontinental ha quedado claro que Corea del Norte podría alcanzar «cualquier parte de Europa y claro la parte occidental de Estados Unidos» pero los aliados sólo han comenzado a discutir la amenaza norcoreana.

«Por ahora estamos sólo muy al inicio de las discusiones sobre cualquier tipo de preocupación de la OTAN o acción respecto a Corea del Norte», ha explicado, al ser preguntada si los aliados discuten la posibilidad de ampliar su escudo antimisiles, que no está diseñado para proteger a los aliados de misiles intercontinentales sino de medio alcance.

«No estamos allí todavía» respecto a «cualquier tipo de ampliación» de la cobertura del escudo antimisiles de la OTAN, ha explicado. «Necesitaríamos mucho estudio y no creo que estemos en un momento de determinar si vamos a tener una defensa antimisil diferente añadida a la OTAN», ha precisado