Los dos periodistas condenados por hacer su trabajo. | Reuters

Un juez de Myanmar, la antigua Birmania, declaró el lunes a dos periodistas de Reuters culpables de violar una ley sobre secretos de Estado y les impuso una pena de cárcel de siete años, en un polémico caso que ha puesto en cuestionamiento los avances democráticos en la nación del Sudeste Asiático.

El juez de distrito del norte de Rangún, Ye Lwin, dijo que Wa Lone, de 32 años, y Kyaw Soe Oo, de 28, incumplieron la Ley de Secretos Oficiales que data de la era colonial cuando recopilaron y obtuvieron documentos confidenciales.

«Los acusados (...) han violado la Ley de Secretos Oficiales, sección 3.1.c, y son condenados a siete años», dijo el juez, quien agregó que se tomará en cuenta el tiempo transcurrido desde que fueron detenidos, el 12 de diciembre. La defensa puede apelar la decisión ante el tribunal regional y luego ante la Corte Suprema.

El veredicto fue revelado en medio de la creciente presión que afronta el Gobierno de Aung San Suu Kyi - Premio Nobel de la Paz - por las medidas represivas que se tomaron después de ataques de insurgentes de la etnia rohinyá en el estado de Rakáin, en el oeste de Myanmar, en agosto del 2017.

Más de 700.000 musulmanes rohinyá han escapado a la vecina Bangladés desde entonces, de acuerdo a agencias de Naciones Unidas.

Los dos periodistas, que al momento de su arresto estaban investigando las muertes de miembros de la etnia rohinyá a manos de efectivos birmanos en las aldeas de Rakáin, se habían declarado no culpables de los cargos.

Defensores de la libertad de prensa, Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Australia, han llamado a la justicia birmana a desestimar las acusaciones contra los periodistas.

«Hoy es un día triste para Myanmar, para los periodistas de Reuters Wa Lone y Kyaw Soe Oo, y para los medios en otras partes del mundo», dijo el editor jefe de Reuters, Stephen J Adler, en un comunicado.

«No esperaremos mientras Wa Lone y Kyaw Soe Oo sufren esta injusticia y evaluaremos cómo proceder en los próximos días, incluso con la posibilidad de buscar ayuda en un foro internacional», añadió.

En Ginebra, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, dijo estar conmocionada por la sentencia a los periodistas y calificó el proceso como una «farsa a la justicia».

Los reporteros habían declarado al tribunal que dos agentes de policía les entregaron papeles en un restaurante en la ciudad de Rangún momentos antes de que otros oficiales los arrestaran.

Un testigo de la policía dijo que la reunión del restaurante era una trampa para atrapar a los periodistas con el fin de impedir su trabajo o castigarlos por informar sobre un asesinato masivo de musulmanes rohinyá en Rakáin.

Más de 80 personas atestaron la pequeña sala del juzgado el lunes, y muchas otras esperaron en el exterior. El juez Ye Lwin leyó un resumen del testimonio de los testigos durante aproximadamente una hora antes de emitir su veredicto.

Dijo que se había llegado a la conclusión de que los «documentos confidenciales» encontrados en manos de los dos reporteros habrían sido útiles «para los enemigos del Estado y las organizaciones terroristas». Los documentos en su posesión y en sus teléfonos no eran «información pública».

Mientras el juez hablaba, varios reporteros rompieron a llorar, al igual que la esposa de Kyaw Soe Oo, Chit Su Win. Los miembros de la familia tuvieron que sujetarla mientras salía de la sala.

Wa Lone estrechó la mano de las personas que acudieron a apoyar a los reporteros, diciéndoles que no se preocuparan. Con esposas y flanqueado por policías, se dirigió a un grupo de amigos y periodistas.

«Sabemos lo que hicimos. Sabemos que no hicimos nada malo. No tengo miedo. Creo en la justicia, la democracia y la libertad», afirmó.

Kyaw Soe Oo también dijo que no se había cometido ningún crimen y que seguirían su lucha por la libertad de prensa. «Lo que quiero decirle al Gobierno es: nos pueden meter en la cárcel, pero no cerrar los ojos y oídos de la gente», afirmó.