Un herido de bala en estado crítico, decenas de detenidos, gas lacrimógeno y barricadas en llamas son el balance del llamado ‘día de luto’ en Hong Kong, en contraposición a la suntuosa celebración en Pekín del septuagésimo aniversario de la fundación de la República Popular China.

Un estudiante de Secundaria identificado como Tsang Chi-kin, de 18 años, recibió un disparo en la parte superior izquierda del pecho durante un enfrentamiento entre manifestantes radicales y agentes antidisturbios. Fuentes médicas aseguraron que el joven tiene la bala alojada en el pecho, a tres centímetros del corazón.

En un vídeo que ha circulado por redes sociales se ve cómo un policía dispara a bocajarro al manifestante en el momento en el que el individuo iba a agredir al agente con un palo. En un segundo vídeo se puede ver a Tsang tendido en el suelo, con sangre brotando del pecho y pidiendo el traslado al hospital.

Tsang fue uno de los al menos 31 heridos (dos en estado crítico, uno grave, 17 estables y 11 dados de alta), según las autoridades sanitarias de Hong Kong, en un día caótico en la excolonia británica.

Además, varias fuentes judiciales indicaron al diario hongkonés South China Morning Post que 96 arrestados se enfrentarán a cargos de «revuelta» (que puede conllevar penas de hasta 10 años de cárcel). Según el rotativo, se trata del proceso más numeroso desde que las protestas se tornaron masivas, el 9 de junio.

Todo esto, en un día en el que los manifestantes más radicales levantaron barricadas y les prendieron fuego, así como a banderas de China, lanzaron incontables cócteles molotov y vandalizaron estaciones de metro, oficinas gubernamentales, tiendas y al menos un despacho de una organización pro-Pekín.

Por su parte, los antidisturbios volvieron a recurrir a los cada vez más habituales disparos al aire, a las pelotas de goma, al gas lacrimógeno, al gas pimienta y a los cañones de agua con tinte.