Angela Merkel. | HENNING SCHACHT

El Gobierno de Alemania establecerá una cuarentena obligatoria para todos los viajeros que pretendan ingresar en el país procedentes de zonas calificadas como «de riesgo» a partir del 8 de noviembre, según ha informado este miércoles el portavoz del Ejecutivo, Steffen Seibert.

En concreto, cualquier persona que haya estado diez días antes de ingresar en Alemania en una zona evaluada como «de riesgo» tendrá que hacer cuarentena diez días al entrar en el país europeo y registrarse ante las autoridades sanitarias pertinentes.

Será el Instituto Robert Koch (RKI), la agencia gubernamental encargada del control de las enfermedades infecciosas, el que evaluará qué territorios comprenden «riesgo».

Quien quiera poner fin al aislamiento antes de esos diez días, puede someterse a una prueba diagnóstica de la COVID-19 a los cinco días de llegar a Alemania. Si resulta negativa, puede finalizar el aislamiento.

En todos los casos hay que informar a las autoridades sanitarias sobre el resultado. Si el test da negativo pero aparecen síntomas compatibles con la COVID-19 dentro de los diez días, los afectados deben someterse a otra prueba.

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Los detalles de la norma, que Seibert ha calificado de «ayuda común para todos los estados federados», se regularán mediante una disposición específica. No obstante, la implementación dependerá de cada estado, por lo que los viajeros deberán cumplir con las regulaciones correspondientes con cada territorio.

«Nuestro objetivo común es evitar nuevos focos de infección a través de los ingresos a Alemania», ha resumido Seibert. «Y por eso nos atenemos básicamente a la obligación de que quien ingresa desde zonas de riesgo se autoaísle», ha agregado.

Según ha explicado, actualmente, la mayoría de los casos nuevos de contagio de la enfermedad llegan a Alemania desde el exterior y únicamente el 10 por ciento de las infecciones se originan en el país.

Además, la canciller de Alemania, Angela Merkel y los presidentes de los 16 estados federados han acordado limitar a diez personas de dos núcleos familiares distintos los participantes en eventos privados que se celebren en las regiones del país designadas como 'puntos calientes' de contagio. En este contexto, los bares y restaurantes de estas zonas tendrán que cerrar a las 23.00 horas (hora local).

Las nuevas normas entrarán en vigor, concretamente, en las regiones en las que se registren más de 50 nuevos contagios por 100.000 residentes en una semana.

Las autoridades sanitarias alemanas han confirmado 5.132 casos nuevos y 43 muertos debido a la enfermedad en las últimas 24 horas, la mayor cifra de contagios en el cómputo diario desde el 10 de abril. Esta cifra que eleva el total a más 334.000 personas contagiadas y 9.677 víctimas mortales.