Un par de soldados ucranianos en los alrededores de Teteriv, pequeña localidad no muy lejana de Kiev. | Reuters

Cuando la liberación de Kiev y su zona metropolitana a manos de las fuerzas armadas ucranianas se antoja ya casi una realidad, según apuntan las fuentes informativas ucranianas sobre el terreno, toda la atención se desplaza al Donbás, al sudeste de Ucrania. «La batalla de Kíev 2022 ha terminado con derrota rusa. Velyka Dymerka, la ciudad al nordeste de Kiev cercana a Brovary, también ha sido liberada». Lo mismo ha sucedido en Ivankiv y en Borodyanka, han asegurado reporteros de guerra que siguen de cerca el transcurso de la invasión, iniciada por Vladímir Putin el pasado 24 de febrero.

El periodista de The Kyiv Independent Illia Ponomarenko ha sido uno de los primeros en apuntalar este extremo, que el propio Kremlin ha reconocido, a su manera, en la diaria comparecencia ante los medios de comunicación. Así, Rusia estaría retirando algunas de sus fuerzas en las regiones del norte de Ucrania, las provincias de Kiev y Chernígov más concretamente, con el consiguiente avance ucraniano y la reasunción de posiciones estratégicas en toda la zona.

«Las fuerzas ucranianas retoman todas las ciudades y pueblos cerca de Kiev que los rusos han abandonado sin luchar (...) Estamos teniendo un día absolutamente increíble. No puedo señalar en el mapa todas las poblaciones y ciudades de la región de Kiev de las que Rusia se ha retirado». «Básicamente, los rusos llegaron a Kiev con un plan increíblemente estúpido y poco realista, mataron a mucha gente, destruyeron muchas casas y sufrieron muchas bajas. Sin resultados, sin reservas. Ahora solo pueden irse antes de que los maten en cualquier rincón al noroeste de Kiev» radiografió con dureza Ponomarenko.

Por su parte el alcalde de Kiev ha rebajado la euforia, afirmando que aun se están librando «enormes» batallas al norte y al este de la capital. «El riesgo de morir (en Kiev) es bastante alto, y es por eso que mi consejo para cualquiera que quiera regresar es: por favor, espere un poco más de tiempo» pidió el excampeón del mundo de boxeo, Vitaliy Klitschko.

El pasado martes la parte rusa presente en las negociaciones en Estambul (Turquía) ya advirtió que reduciría las operaciones en las mencionadas regiones, aunque según el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, las fuerzas rusas no se están retirando sino reagrupando para lanzar una ofensiva redoblada. «Estamos observando el movimiento de varias columnas de vehículos (rusos) conjuntos», escribió a su vez el gobernador de la región de Kiev, Oleksandr Pavlyuk, en la aplicación de mensajería Telegram.

Pavlyuk dijo que algunas de las tropas se dirigían hacia la frontera con Bielorrusia, aliado de Putin, y añadió que las fuerzas rusas habían abandonado el pueblo de Hostomel, cercano a un importante aeropuerto, pero estaban atrincherándose en la localidad de Bucha. El gobernador de Chernígov, Viacheslav Chaus, ha asegurado que algunas tropas rusas se han retirado pero que ciertas filas permanecían en su región. «Los ataques aéreos y con misiles son (todavía) posibles en la región, nadie lo descarta», dijo en uno de sus mensajes a la población.

Fuentes occidentales temen que la retirada parcial del ejército ruso de las provincias de Kiev y Chernígov se traduzca en un incremento de la actividad militar en Donetsk y Lugansk, las dos regiones de Ucrania dominadas por separatistas prorrusos, en las que se libran combates desde hace años, y cuya situación ha sido esgrimida por Putin para justificar su ataque a gran escala a Ucrania.