Protesta por Mahsa Amini en Berlín. | Reuters

Al menos 19 personas han muerto y una veintena han resultado heridas, este pasado viernes, entre ellos un comandante de la Guardia Revolucionaria, durante la represión policial contra una ola de protestas que se ha desatado en las últimas horas en la ciudad iraní de Zahedán, de mayoría suní, situada en el este del país.

El Gobierno, a través de la agencia oficial de noticias iraní IRNA, ha defendido la actuación policial esgrimiendo que los manifestantes intentaron asaltar tres comisarías de la ciudad. Los fallecimientos han sido confirmados por el Gobernador provincial, Modares Jayabani, en rueda de prensa recogida por la agencia semioficial de noticias iraní Tasnim, quien ha identificado a los alborotadores como «terroristas» y «separatistas».

Las protestas han costado la vida al jefe de Inteligencia de la Guardia Revolucionaria en la provincia de Sistán y Baluchistán, de la que Zahedán es capital, identificado como Alí Musavi, según ha podido confirmar Tasnim, también afín al ala ideológica del Ejército iraní. Musavi habría muerto durante el asalto protagonizado por «un grupo de elementos contrarios al régimen» cerca de la mezquita de Makki, donde comenzaron a abrir fuego indiscriminado, siempre según la versión de las autoridades. Maulvi Abdul Hamid, el líder religioso de la población baluche (mayoritariamente suní), que vive en la provincia y principal clérigo sunita de Irán, ha pedido a las fuerzas del orden que hagan todo lo posible para mantener la calma en la localidad.

Las protestas en el país se han desatado desde la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini y hasta los incidentes en Zahedán habían dejado entre 52 y 83 muertos, según fuentes de Amnistía Internacional y de la ONG iraní Iran Human Rights. En las últimas horas, el Ministerio de Inteligencia iraní ha emitido además un comunicado que informaba de la detención de al menos nueve ciudadanos extranjeros, procedentes de Alemania, Polonia, Italia, Francia, Países Bajos y Suecia por su supuesta participación en unos disturbios de los que ha responsabilizado a potencias extranjeras.

Teherán también ha anunciado el arresto de 49 miembros de la opositora Organización de los Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI), ilegalizada por Teherán, por incitar al terrorismo y vandalismo a través de la fabricación de noticias falsas. Asimismo, ha precisado que 77 agentes de grupos disidentes kurdos (Komala, KDPI, PAK y PJAK), incluido uno de sus comandantes superiores «entrenado en bases estadounidenses», han sido detenidos por conspirar «contra el pueblo oprimido de Kurdistán en ambos lados de las fronteras occidentales del país». A estos arrestos se les suman otros tres de miembros de la comunidad bahai, considerada una herejía por las autoridades musulmanas iraníes, así como a 92 simpatizantes de la antigua monarquía Pahlavi y cinco «terroristas» takfiri que portaban 36 kilogramos de explosivos.