La muerte de 10 personas en el incendio en un edificio aparentemente confinado en la ciudad china de Urumqi (noroeste) el pasado jueves ha desatado las protestas ciudadanas contra la política de 'covid cero' implementada por Xi Jinping en el país y el Partido Comunista, que este fin de semana se han extendido a importantes urbes como Pekín, Shanghai o Nanjing.

Aunque las autoridades chinas se han apresurado a negarlo, vídeos y testimonios que circulan en redes sociales muestran cómo algunos habitantes están desafiando la estricta política contra el coronavirus, unos movimientos que algunos testigos entrevistados por la cadena estadounidense CNN califican de "sin precedentes".

La indignación desatada en el censurado internet chino se ha transformado desde este sábado en vigilias en recuerdo de las víctimas que, según indicaron algunos comentaristas, pasaron los últimos 100 días de sus vidas recluidos en sus domicilios. En Shanghai, cientos de estudiantes universitarios han encendido velas para llorar a los fallecidos y han levantado hojas de papel en blanco, un símbolo usual en las protestas contra la censura.

Mientras la prensa oficial no da cuenta de los incidentes, algunas grabaciones han mostrado cómo decenas de personas arrancaban este viernes las vallas con las que las autoridades cierran las urbanizaciones confinadas en el vasto complejo residencial de Tiantongyuan, en el norte de Pekín, calificado a veces por los medios chinos como el más grande de Asia, con unos 700.000 residentes.

La capital china, especialmente blindada contra los rebrotes desde 2020, experimenta ahora sus niveles más altos de contagios: según el último parte oficial, este domingo se ha batido el récord por cuarto día consecutivo después de que la Comisión Nacional de Sanidad informase de 39.791 casos detectados en la víspera, de los que 36.082 (un 90,7% del total) son asintomáticos, según los estándares de la institución.

Vigilia crítica en Shanghai

Estas cifras, bajas para los estándares internacionales, pero intolerables para las autoridades chinas, se han traducido en restricciones y confinamientos que afectan a buena parte de la población capitalina, tal y como ya ha sucedido este año en otras partes del país como la citada Urumqi o la megalópolis oriental de Shanghai, que vivió este año un duro confinamiento que llegó a prolongarse durante más de dos meses en algunas zonas.

Precisamente en esa ciudad, y precisamente en la calle Urumqi, centenares de personas se congregaron este sábado por la noche para celebrar una vigilia en recuerdo de los fallecidos en el incendio que transcurrió de manera mayormente pacífica, según testimonios en redes, entre los que algunos afirman que se produjeron detenciones.

Las grabaciones muestran a grupos de manifestantes cantando "Los que os negáis a ser esclavos, alzaos" —una estrofa del himno nacional chino— o La Internacional, gritando "queremos libertad", "no queremos hacernos pruebas PCR" o "que les follen a los códigos QR", en referencia a la obligación de escanear con una aplicación móvil los códigos QR sanitarios a la entrada de cualquier establecimiento o incluso en parques para que, cuando las autoridades detectan un contagio, puedan determinar quién ha tenido contacto con esa persona en cada momento.

En un momento de la noche, un grupo de personas llegó a gritar "Abajo el Partido Comunista, abajo Xi Jinping", una poco habitual muestra pública de desaprobación sobre las políticas del líder del país.

Según el portal especializado What's On Weibo, numerosos comentaristas en la red social Weibo —el equivalente local de Twitter, censurado en el país— han mostrado su apoyo a la vigilia, pero, sobre todo, han pedido a los participantes que se protegieran, antes de que los censores de la plataforma prohibieran comentar la etiqueta que se empleaba para hablar del tema.

Protestas universitarias

Ese mismo portal indica que, en una universidad de la ciudad oriental de Nanjing, numerosos estudiantes se han reunido este sábado por la noche en el campus y han encendido las linternas de sus teléfonos móviles a modo de vigilia por los fallecidos en Urumqi.

Mientras tanto, en otra universidad, en este caso en Xi'an (centro), ciudad que también ha experimentado duros confinamientos, otro grupo de estudiantes ha salido a las calles del campus para mostrar su descontento por los encierros anti-covid, que también han supuesto un importante lastre para la economía nacional este año.

El gigante asiático, prácticamente aislado del resto del mundo desde principios de 2020, ha sufrido desde inicios del presente año numerosas oleadas de rebrotes atribuidas a la contagiosa variante ómicron, que ha puesto en jaque la estrategia nacional de tolerancia cero frente al coronavirus al provocar cifras de contagios superiores incluso a las del comienzo de la pandemia.

Según los datos de la Comisión Nacional de Sanidad, China ha roto por cuarto día consecutivo su récord de infecciones de covid al detectar este sábado casi 40.000 nuevos contagios (39.791), aunque más de un 90% de ellos son considerados asintomáticos y no engrosan los balances oficiales de casos confirmados.

Las cifras de la institución muestran que cerca de 1,8 millones de personas permanecen actualmente bajo cuarentena, ya que la directriz pasa por trasladar a centros hospitalarios o de aislamiento a los infectados —incluyendo a los asintomáticos— y también, aunque de forma separada, a las personas que han tenido contacto con ellos.