El presidente de la Generalitat, José Montilla, aseguró ayer que afirmar que Catalunya es una nación es «definir una realidad y no un deseo constitucional». A su juicio, afirmar la nacionalidad de Catalunya es posible por la «continuidad histórica» de la Generalitat, a pesar de dictaduras y guerras, y por tanto no es un delirio o un capricho, sino la «suma de sentimientos y hechos».

Durante el acto solemne de celebración del 650 aniversario de la Generalitat catalana, Montilla aseguró que Catalunya es una nación.
«Al afirmar que Catalunya es una nación simplemente queremos expresar libremente lo que somos y lo que queremos seguir siendo», reiteró y añadió que dicha afirmación se puede realizar desde la «lealtad» al resto de «pueblos vecinos» con los que comparte una realidad política de más amplio alcance, en referencia al resto de comunidades autónomas de España.

El presidente catalán expresó que esto es «una realidad y no un deseo constitucional», ya que responde a la «suma de sentimientos y hechos» que han acompañado al territorio y a la «continuidad histórica» de la Generalitat. De este modo, el presidente número 128 de la historia de esta institución aseguró que el Gobierno catalán no es un «accidente de la historia», sino fruto de un «espíritu tozudo» de anhelo de paz, justicia y libertad, ya que «en Catalunya, democracia equivale a autogobierno».