La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, junto al cocinero segoviano Cándido.

El PP sigue aguantando en silencio la polvareda que levantó el viernes Esperanza Aguirre en un tramo madrileño del Camino de Santiago; ni Aguirre, ni Gallardón dijeron ayer palabra sobre el asunto, mientras que De Cospedal dijo que «ha pedido perdón públicamente por esas declaraciones y no tengo nada más que objetar por ese perdón».

A micrófono abierto, los populares no opinan sobre que Aguirre se alegre de «poderle dar un puesto a Izquierda Unida (en Caja Madrid) quitándoselo al hijo puta» o sobre que le pregunte a su vicepresidente «qué arma tenemos contra él».

La propia Aguirre ha mostrado también un absoluto mutismo: «yo hago muchas declaraciones, pero hoy no», les ha dicho a los periodistas.

También rechazó hacer declaraciones el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. «No voy a hacer ninguna declaración sobre nada que pueda perjudicar a mi partido y no voy a hacer ningún comentario sobre ningunas declaraciones», aseveró.

No hay expediente

En la sede nacional del PP, su secretaria general, María Dolores de Cospedal, eludió precisar si a la presidenta madrileña se le abrirá un expediente informativo y ha destacado que ésta ha pedido disculpas públicamente.

«No hay nada que objetar», aseveró De Cospedal, eso sí, tras recordar a Aguirre que quien autoriza en última instancia las listas electorales es el presidente del partido, Mariano Rajoy, en respuesta a la opinión expresada por Aguirre sobre que no vería «normal» que Cobo fuese candidato al Ayuntamiento en 2011.

Sobre las polémicas palabras de Aguirre no quiso profundizar la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría. Abogó por tomarse «estas cosas» con «naturalidad». «No escarmentamos, pero bueno, estas cosas pasan», respondió, pero bueno, estas cosas pasan», respondió cuando se le pregunto por este tipo de deslices de los políticos.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, ha reiterado que, cuando se trata del poder, el Partido Popular «es más intervencionista que nadie» y ha aprovechado para apuntar que lo que captó aquel micrófono abierto pone de manifiesto la «necesidad de la asignatura de Educación para la Ciudadanía».