Rodríguez Zapatero y Duran i Lleida, durante el debate europeo en el Congreso de los Diputados. | Ballesteros

El presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, ha reconocido que ha cambiado de opinión sobre la política económica que debía llevar a cabo el Gobierno. Lo hizo durante el Debate europeo en el Congreso, y aseguró que su cambio de rumbo vino motivado «las circunstancias».

Con una crisis «tan grave en los mercados y con el aumento del diferencial de deuda hubo que acelerar las reformas». De ahí, dijo, que presentara un «duro y difícil» plan de ajuste. Así de claro fue después de que todos los grupos le hayan criticado por el «tutelaje» al que está sometida la economía española. Algo que negó el presidente, especialmente en el rifirrafe mantenido con el líder de la oposición, Mariano Rajoy.

Zapatero, afirmó también que no ha planteado la reforma laboral como una «solución definitiva» al problema del paro en España, pero se trata de una «pieza más» que debe cambiar el mercado laboral para favorecer la «estructura productiva» en España.

El dedo

Durante su turno de réplica en el Debate europeo en el Pleno del Congreso, Zapateo respondió de esta forma al diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, a quien acusó de «meter el dedo en el ojo» con este asunto. «Esperemos a ver los resultado de la reforma. Yo no los prejuzgo, pero esperemos a verlos», pidió.

«Luego se podrán discutir las fórmulas concretas», dijo el jefe del Ejecutivo, quien señaló que los mejores mercados laborales son los que se basan en el principio de la 'flexiseguridad'. «¿Qué referencia tiene el señor Llamazares como el mejor modelo?, no creo que sirvan ejemplos como China y Rusia», dijo.